lunes, 15 de enero de 2018

Elizabethtown

Título original: Elizabethtown. Año: 2005. País: Estados Unidos. Género: Drama, Comedia, Romance. Director: Cameron Crowe. Guionista: Cameron Crowe. Intérpretes: Orlando Bloom, Kirsten Dunst, Susan Sarandon, Judy Greer, Alec Baldwin, Jessica Biel, Jed Rees, Bruce McGill, Emily Rutherfurd, Paul Schneider, Gailard Sartain, Paula Deen.

Un gran amor (Say Anything…) me pareció una película simpática (aunque tampoco esa cinta quintaesencia del cine juvenil romanticón de la época al que muchos, estadounidenses en su inmensa mayoría, parecen haberla elevado); lo mismo podría decir de Singles, conocida por estos lares como Solteros, (trabajo sobre los vaivenes de un grupo de cuasi-treintañeros que buscan su lugar en la vida adulta y que me entretuvo pero poco más). La que sí me encantó en su día fue Casi famosos (Almost Famous); lástima que esa candidez con la que la contemplé la primera vez haya desaparecido y ahora, aunque me siga encantando, la vea un tanto edulcorada, un tanto blanda/blanca. ¿Por qué me pongo a enumerar (y casi catalogar) las películas que he visto de Crowe? Pues porque, aunque no me considero fan acérrimo del director, sí creo que es un realizador bastante potable que, lamentablemente, y sobre todo en los últimos años, se ha dedicado a filmar proyectos tan impersonales (no como otros anteriores; recordemos que, por ejemplo, Casi famosos era una semi-biografía sobre sus años de redactor/crítico musical o que casi todos sus trabajos gozan de excelentes bandas sonoras, fruto de sus vastos conocimientos musicales), innecesarios (hoy no toca, pero algún día hablaré sobre su muy olvidable remake del thriller español Abre los ojos, titulado Vanilla Sky y protagonizado por Tom Cruise y Penélope Cruz, actriz que ya había participado en la obra original) y fofos como el que nos ocupa.

 
Y es que mi decepción tras ver Elizabethtown fue mayúscula, porque este viaje iniciático protagonizado por un insulsísimo (¡menuda sorpresa!) Orlando Bloom (en un papel que a punto estuvo de interpretar Ashton Kutcher debido al compromiso adquirido por Bloom con otra; aunque finamente Crowe decidió esperar y contratarlo por encima de Kutcher, ya que no le convencía la química entre este último y la actriz principal: Kirsten Dunst), Legolas en El señor de los anillos (The Lord of the Rings) y Will (Turner) en Piratas del Caribe (Pirates of the Caribbean), no funciona ni como comedia ni como drama; ni siquiera como mero pasatiempo. La historia es la que sigue: Bloom interpreta a un tipo que, tras perder novia (Jessica Biel) y trabajo en el mismo día, regresa a su hogar para acudir al funeral de su padre (Tim Devitt). Durante el viaje conocerá a una dicharachera azafata (Kirsten Dunst; Mary Jane en las tres entregas de Spider-Man dirigidas por Sam Raimi) con la que inicia algo más que una amistad. Alec Baldwin, ganador de varios (concretamente tres) Globos de Oro por la serie cómica Rockefeller Plaza (30 Rock), también forma parte del cast.


Pero, aunque la sinopsis adelante drama, comedia y romance, lo cierto es que ninguno de dichos géneros se llega a plasmar en pantalla con acierto o gracia. Buena parte de culpa la tiene Crowe, cuyo guión resulta (terriblemente) edulcorado y falto de chispa. De todas maneras, no sería justo culpar sólo al director de Jerry Maguire, ya que buena parte del problema reside en el reparto. Elegir a Bloom como actor principal es un error terrible (tampoco hubiese mejorado con Kutcher de protagonista, que conste), ya que el actor no es capaz de transmitir sentimiento alguno, haciendo que sea imposible conectar con su personaje (sirva como ejemplo, y sin tener que irnos muy lejos, la escena con la que abre la película y que nos muestra cómo éste trata de suicidarse con “cómicas consecuencias”). Incluso una actriz tan solvente como Susan Sarandon (la Louise de Thelma & Louise), que interpreta a la madre del personaje de Bloom, acaba resultando insufrible (el numerito que se marca sobre el escenario sólo puede ser catalogado de bochornoso). La que mejor parada sale es Dunst, aunque tiene trampa, ya que dispone del papel más agradecido de la función. Conclusión: estamos ante una película blandita, que no incordia (pero se queda muy lejos de apasionar o, “simplemente”, brillar en alguno de sus apartados) y cuya banda sonora (como viene siendo habitual en los largometrajes del realizador) cuenta con un generoso puñado de excelentes canciones (de Ryan Adams, productor, junto a la esposa de Crowe, Nancy Wilson, de la banda sonora, Tom Petty, U2, Simple Minds, Elton John o Fleetwood Mac, entre muchos otros).

Lo mejor: No molesta (aunque me sabe malo que un director tan correcto como Crowe se dedique a perder el tiempo con historias que no lo merecen).

Lo peor: Un guión de lo más soso; casi tanto como su errado (erradísimo) protagonista (tampoco es el que el resto del reparto sobresalga sobremanera, dicho sea de paso).

Puntuación: 3,5/10.

No hay comentarios:

Publicar un comentario