Título original: 9-1-1. Año: 2018. País: Estados Unidos. Género:
Drama. Director: Bradley Buecker. Guionistas: Ryan Murphy, Brad Falchuk y
Tim Minear. Intérpretes: Angela Bassett, Peter Krause, Connie Britton,
Oliver Stark, Kenneth Choi, Aisha Hinds, Rockmond Dunbar, Mariette Hartley, John
Marshall Jones, Gavin Stenhouse, Sarah Hay, Annie Tedesco.
9-1-1 es la nueva serie del omnipotente tándem
Murphy-Falchuk (American
Horror Story). Tándem al que se une, también como co-creador, Tim
Minear, productor (generalmente ejecutivo) y guionista experimentado en el
medio (televisivo), ha escrito y/o producido series como Lois y Clark: Las nuevas aventuras de Superman (Lois & Clark:
The New Adventures of Superman), Expediente
X (The X-Files), Ángel
(Angel), Firefly o Dollhouse, y colaborador habitual
(compaginando ambas tareas) de los ya nombrados Murphy y Falchuk (Feud, la ya longeva American Horror Story). Bradley Buecker
(otro nombre habitual en las producciones de la compañía: Glee,
The New Normal, Scream
Queens) se encarga de dirigir este primer episodio.
9-1-1, que, a diferencia de American Horror Story o American
Crime Story, o al menos en principio, no se presenta como una antología
(es decir, estamos ante una serie de estilo tradicional; con continuidad; en la
que cada nueva temporada viene a ser continuación de la anterior), nos narra, basándose
supuestamente en casos reales (y digo lo de supuestamente porque los sucesos que
hemos podido ver en este capítulo piloto son tan exagerados que parecen de todo
menos realistas), el día a día de aquellos dedicados a socorrer emergencias:
policías, bomberos, paramédicos... En el apartado interpretativo destacan tres
nombres, los de, claro, Angela Bassett, Connie Britton y Peter Krause. Ellas
son rostros habituales en las producciones televisivas de Murphy y compañía (a
la primera la hemos visto en varias temporadas de American Horror Story; a la segunda en la primera temporada de
dicha serie, pero también, aunque muchísimo más brevemente, en American Crime Story: The People v. O.J. Simpson). Bassett es conocida por haber
participado en películas como Tina
(What’s Love Got to Do with It), en la que daba vida a la cantante Tina Turner,
obteniendo de paso una nominación a los Oscar, o Días extraños (Strange Days), la curiosa distopía de acción,
intriga y (semi)ciencia-ficción dirigida por Kathryn Bigelow, directora de En
tierra hostil (The Hurt Locker); Britton se ha labrado una más que
interesante carrera en la pequeña pantalla, trabajando en series como Spin City: Loca alcaldía (Spin City),
comedia a mayor gloria de Michael J. Fox, Friday
Night Lights, versión televisiva de la película de mismo título, o, más
recientemente, Nashville. Krause, el
tercero en discordia, también ha brillado en la tele. Recordemos que fue uno de
los hermanos Fisher en la premiadísima (al actor le reportó 2 nominaciones a
los Globos de Oro y 3 a los Emmy) A dos
metros bajo tierra (Six Feet Under). Él interpreta a Bobby Nash, jefe de
bomberos; Bassett a Athena Grant, una agente de policía dedicada a patrullar
las calles; y Britton, cuyo personaje se llama Abby Clark, es una de las
encargadas de gestionar las llamadas de emergencia que llegan al 911. Pero la
serie no sólo nos narra tragedias ajenas (las que tienen que atender nuestros
protagonistas), sino que también se centra en la vida privada de nuestros
protagonistas. Así, y sin tardar mucho en entrar en materia, nos cuentan que la
vida sentimental de Clark es un desastre y que tiene a su cargo a su madre (Mariette
Hartley), enferma de Alzheimer; a Nash nos lo presentan como un ex-adicto que cada
semana acude a la iglesia para confesarse (el momento más sonrojante del capítulo,
y hay varios, lo protagoniza el cura yogurín al que le suena en el móvil Fireworks, de Katy
Perry); y a Grant como una mujer temeraria y altiva cuyo marido (Rockmond Dunbar),
con el que tiene dos hijos, ha decidido, tras años de represión, salir del
armario.
Uno (y con uno me refiero a, claro, servidor) espera, sobre todo si
atendemos a la cantidad de talentos implicados (todos ellos con, para más inri,
infinitas tablas en el medio), encontrarse frente a un producto de calidad más
que notable. Pero lo que 9-1-1 nos
ofrece es un refrito de historias más llamativas que apasionantes (el caso de
un bebé que ha sido arrojado por el retrete, el de una chica que está siendo
estrangulada por una boa o el de una niña sola y atrapada en una casa, la suya,
en la que han entrados dos ladrones; esta última, aunque aparentemente más
convencional, se desarrolla de manera tan surrealista como heroica) y un ritmo
que resulta cargante en lugar de adrenalítico (y que intentan aligerar con
alguna que otra broma de esas que no siempre son bienvenidas; muchas a cargo
del bombero más novato, y salidorro, interpretado por Oliver Stark, actor visto
en la serie de acción y aventuras Into
the Badlands). Casi recomendaría verla con una buena dosis de analgésicos
cerca; con eso lo digo todo. Y sí, el apartado interpretativo, sobre todo en lo
que se refiere a los actores principales, es más que correcto (me invade la
sensación de que todos ellos están desaprovechando su talento en un trabajo que
les queda muy, muy pequeño), pero no me vale (ni muchísimo menos) como
aliciente para engancharme a este nuevo drama. ¡Murphy, puedes hacerlo mucho
mejor y lo sabes!
Lo mejor: Sus tres intérpretes
principales.
Lo peor: Unas tramas excesivas y
un ritmo que, más que trepidante, se presenta asfixiante y/o extenuante (en el
peor sentido posible). También un exceso de moralina a pesar de su deje no del
todo políticamente correcto.
Puntuación: 4/10.
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