Título original: John Tucker Must Die. Año:
2006. País: Estados Unidos. Género: Comedia, Romance. Directora: Betty Thomas. Guionista: Jeff Lowell. Intérpretes: Jesse Metcalfe, Brittany Snow, Ashanti, Sophia Bush,
Arielle Kebbel, Penn Badgley, Jenny McCarthy, Taylor Kitsch.
Jesse Metcalfe se
dio a conocer como el jardinero sexy de Mujeres
desesperadas (Desperate Housewives), pero sus intentos por trasladar su
efímera fama a la gran pantalla se fueron saldando con mediocres resultados y
su carrera entró en barrena, convirtiéndose posteriormente en carnaza de
culebrón (véase la fallida Dallas, sosa
revisitación del clásico catódico que no logró el éxito de éste y tan sólo se
mantuvo en antena 3 temporadas) y de todo tipo de subproductos de género. La
película que nos ocupa, en la cual Metcalfe da vida a un popular estudiante que
sufre la venganza de varias chicas con las que ha mantenido relaciones
paralelas, se enmarca claramente en el grupo de trabajos mediocres pre-barrena.
Metcalfe da vida a
John Tucker, el capitán del equipo de baloncesto de su escuela; un tipo ligón y
embaucador que sale a la vez con tres de las chicas más populares del
instituto: la jefa de animadoras, Heather (la cantante Asanthi), la aspirante a
reportera, Kate (Brittany Snow), y la activista, y vegetariana, Beth (Sophia
Bush). Chicas que se unirán para dejarlo en evidencia (aunque acaban teniendo
peor suerte que el pobre coyote; sí, el que anda tras el correcaminos) tras
darse cuenta del engaño. Y como ya sabemos gracia a qué serie es famoso Metcalfe,
centrémonos ahora en ellas. A Snow la hemos visto en las tres partes de la
exitosa Dando la nota (Pitch
Perfect) o en la versión 2.0 de Haispray;
Bush fue una de las protagonistas del longevo (se emitió de 2003 a 2012) melodrama
juvenil One Tree Hill; Ashanti, por
su parte, ha compaginado su carrera como cantante con la de actriz,
participando en trabajos como Resident
Evil: Extinción (Resident Evil: Extinction) o la serie Army Wives (actuando en los últimos capítulos antes de que la misma
fuese cancelado). El reparto se completa con la presencia de Penn Badgley, Dan
Humphrey en otra popular teleserie juvenil, Gossip Girl; Taylor Kitsch, protagonista de la televisiva Friday Night Lights, del megafiasco John Carter (película de Disney que costó unos 250 millones de
dólares y sólo recaudó, en Estados Unidos, 73) y visto más recientemente en la
miniserie Waco, en la que ha dado
vida a David Koresh, líder de los Davidianos, una secta religiosa cuyos
integrantes, y tras verse asediados por las autoridades, se suicidaron en masa
(o así fue certificado por las fuentes oficiales); Arielle Kebbel, vista en
distintos capítulos de series como Las
chicas Gilmore (Gilmore Girls), Una
vida inesperada (Life Unexpected), Sensación
de vivir: La nueva generación (90210), UnREAL o Crónicas vampíricas
(The Vampire Diaries); y la chica Playboy
Jenny McCarthy, quien obtuvo, gracias a su labor en la película que nos ocupa,
una (muy merecida) nominación a los Razzie en la categoría de peor actriz
secundaria. Dirige, por cierto, Betty Thomas, directora de películas como Dr. Dolittle, en la que Eddie Murphy
interpretaba a un veterinario capaz de comunicarse con los animales, 28 días (28 Days), en la que Sandra
Bullock se metía en la piel de una alcohólica que acaba ingresando en una
clínica de desintoxicación, o La tribu
de los Brady (The Brady Bunch Movie), traslación a la gran pantalla (y con nuevo
reparto, claro) de la popular teleserie.
Ya he hablado de los actores que integran el reparto de esta película (aunque todavía no he criticado su labor). También de la trama principal. Ahora sólo me queda señalar que no he encontrado nada en esta (más blandita de lo que cabría esperar; al menos si atendemos a su título original) comedieta teen que valga realmente la pena: los actores ni son buenos ni tienen carisma (no entiendo que el crítico del New York Post señalase a Todas contra él como posible trampolín al estrellato para la muy anodina Snow; tampoco que otra, la de The New York Times, vea en Badgley, quien interpreta al hermano de John Tucker, a un actor capaz de sostener, ¡él solito!, el peso de una cinta como ésta; seriously?), la trama es de todo menos original (los tópicos sin gracia campan a sus anchas a lo largo de todo su metraje) y los personajes pecan de superficiales y no despiertan simpatía alguna. Todas contra él es una comedia inofensiva pero terriblemente aburrida y, sobre todo, olvidable.
Lo mejor: Que su (predecible) desenlace
no sea especialmente moralista (por decir algo).
Lo peor: Prácticamente todo lo
demás.
Puntuación: 2/10.
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