Título original: Cruel
Intentions 2: Manchester Prep. Año: 2000.
País: Estados Unidos. Género: Drama, Intriga. Director: Roger Kumble. Guionista: Roger Kumble. Intérpretes:
Robin Dunne, Sarah Thompson, Mimi Rogers, Keri Lynn Pratt, Amy Adams, Teresa
Hill, Barclay Hope.
Estrenada
directamente en vídeo (es decir, no pasó por cines; de haberse estrenado hoy en
día su lugar lo hallaríamos en alguna plataforma estilo Netflix), Crueles
intenciones 2 es la secuela (precuela
en realidad, ya que narra sucesos anteriores) de la exitosa película, Crueles
intenciones (Cruel Intentions), protagonizada por Ryan Phillippe, Sarah
Michelle Gellar y Reese Whiterspoon.
Pero Crueles intenciones 2 no nació con la
intención (sic) de ser una secuela de saldo de una producción de éxito.
Inicialmente (y de ahí su subtítulo: Manchester
Prep, el cuál desapareció cuando la cinta se estrenó en el extranjero;
incluso allí, es decir, en Estados Unidos, se conoce simplemente como Cruel Intentions 2) iba a ser una serie
de televisión (eso explica, en primera instancia, que no repitiesen Phillippe y
compañía), pero su episodio piloto fue rechazado por el canal que lo había
adquirido (Fox) y su ideólogo principal,
Roger Kumble, director de la película original, decidió filmar nuevas
secuencias (entre ellas algunas tan erótico-festivas, a la escena de la ducha me remito, que no hubiesen podido ser emitidas
en televisión) con la intención de (uniéndolas a lo ya rodado: un total de 3
capítulos) transformarla en una película (sí, como Mulholland
Drive). Sus mayores problemas: una narración confusa, un tono que poco tenía
que ver con el de la peli (la jocosidad y mala leche quedaban reducidas a la nada),
un montaje algo errático (se nota que el formato no era el previsto) y unas más
que evidentes limitaciones presupuestarias. Vamos, que no me extraña que no se
llegara a estrenar en cines.
La historia gira en
torno a Sebastian Valmont (Robin Dunne, experto en videoestrenos; su
filmografía incluye cintas como Species
III, todavía con Natasha Henstridge,
o las nada memorables secuelas de The
Skulls, la intriga juvenil protagonizada por Joshua Jackson y Paul Walker, y
American
Psycho, con Mila Kunis metiéndose en la piel de una especie de versión
femenina del inefable Patrick Bateman) y nos muestra cómo éste acabó
convirtiéndose en el joven cínico al que dio vida Ryan Phillippe. De entre el
resto del reparto destacaría la presencia de Mimi Rogers (primera mujer de Tom
Cruise) y de una todavía desconocida Amy Adams (interpretando a la hija de
Rogers), actriz que acumula nominaciones a los Oscar y a la que hemos podido
ver en películas como The
Fighter, La
gran estafa americana (American Hustle), Her
o El
hombre de acero (Man of Steel). Curiosidad (aunque ya lo conté cuando
hablé de Crueles intenciones):
Kumble lo volvió a intentar, años más tarde, con una continuación en forma
(nuevamente) de serie y con Sarah Michelle Gellar en el reparto. Resultado:
tampoco logró que fuese elegida para su emisión/difusión.
Lo mejor: El giro final de guión.
Lo mejor: El giro final de guión.
Lo peor: Es un trabajo de patchwork en el que las costuras (en
forma de re-montaje imprevisto e indeciso) torpedean, ¡y mucho!, el resultado
final.
Puntuación: 2/10.
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