Título original: Mean Girls. Año: 2004. País: Estados Unidos. Género:
Comedia, Drama, Romance. Director: Mark
Waters. Guionista: Tina Fey
(adaptando el libro de Rosalind Wiseman). Intérpretes:
Lindsay Lohan, Rachel McAdams, Tina Fey, Amanda Seyfried, Lacey Chabert, Lizzy
Caplan, Daniel Franzese, Jonathan Bennett, Tim Meadows, Amy Poehler, Neil
Flynn, Ana Gasteyer.
Aunque es un
subgénero que no suele contar con el beneplácito de la crítica, lo cierto es
que de vez en cuando aparece una comedia juvenil (en este caso una mal-llamada
comedia juvenil “para chicas”; ¡cómo si el cine tuviese género!) capaz de
ofrecer una mirada distinta (y/o peculiar) a temas ya tratados en infinidad de
ocasiones (la amistad, los primeros amores, la aceptación…), recibiendo,
gracias a ello, el aplauso del respetable. Chicas
malas, suerte de versión Disney
de mi película favorita, la infinitamente más oscura (y satírica) Escuela
de jóvenes asesinos (Heathers), fue, en su día, una de las afortunadas:
acumuló más de 129 millones de recaudación a nivel mundial, 86 de ellos obtenidos
en Estados Unidos (que es donde realmente triunfó), y reseñas más positivas de
lo esperado.
Lindsay Lohan, antes de mandar a paseo su prometedora carrera juntándose con
cualquier payasa sin gracia, tipo Hilton, y granjeándose fama de difícil, interpreta
aquí a Cady, una estudiante que acaba de llegar de África (junto a su familia,
claro) y que trata de hacerse un hueco entre los distintos grupos que pueblan
su nuevo instituto. Pronto se hará amiga de Janis (Lizzy Caplan, de la serie Masters of Sex) y Damian (Daniel
Franzese, Eddie en la serie Looking,
la fallida, ya que sólo se mantuvo en antena durante un par de temporadas,
apuesta gay de la HBO), pero acabará
integrándose, contra todo pronóstico, y a pesar de que en un principio parecía
detestarlas, en el grupúsculo formado por las más pijas y manipuladoras del
lugar, pandilla que lidera con puño de hierro la insufrible Regina (Rachel
MacAdams, 8 años mayor que Lohan; chismorreo: dicen que el papel de Regina le
fue ofrecido inicialmente a Lohan; ella lo rechazó, temerosa de que pudiese
afectar a su imagen personal, y se hizo cargo del principal, el de la chica
buena; ello dio pie a que uno de los productores espetase lo siguiente: “sólo
las chicas buenas son capaces de interpretar a las malas”) y en el que militan
la tontorrona (a su cargo están algunos de los momentos más decididamente
cómicos de la cinta) Karen (Amanda Seyfried, hija de Meryl Streep en la versión
cinematográfica del musical Mamma Mia!)
y Gretchen (Lacey Chabert, a la que hemos visto como hermana de Neve Campbell y
Matthew Fox en la teleserie Party of
Five, conocida por aquí como Cinco
en familia y emitida por algunas autonómicas), una joven sin mucha
personalidad. Jonathan Bennet, como interés amoroso del personaje de Lohan; Amy
Poehler (amiga de Fey, compañera de ésta en el programa Saturday Night Live y ganadora de un Globo de Oro gracias a la
comedia televisiva Parks and Recreation),
como la estrafalaria madre (una especie de versión madura de la muñeca Barbie)
de Regina; o Ana Gasteyer y Neil Flynn (el arisco conserje de la serie Scrubs, visto más recientemente ejerciendo
de padre de familia en la sitcom The Middle), como los progenitores de
nuestra protagonista, completan el reparto (de Tina Fey hablaré un poco más adelante).
Reparto al que no puedo ponerle pega alguna. Todos cumplen, más que de sobra,
con su cometido.
Aunque parece realizada a mayor gloria de la díscola Lohan, lo cierto es que Chicas malas es un proyecto sacado adelante por la humorista, a sus años en Saturday Night Live me remito, aunque también conviene recordar que es creadora de teleseries como Rockefeller Plaza (30 Rock), en la que además ejercía de co-protagonista (incluso se hizo con dos Globos de Oro por su labor), o Unbreakable Kimmy Schmidt, Tina Fey, encargada de trasladar a la gran pantalla (aunque también se reservó un papelito, el de profesora enrollada) el libro de autoayuda (sobre cómo lidiar con los problemas que toda joven experimenta durante su etapa estudiantil) escrito por Rosalind Wiseman y titulado Queen Bees & Wannabes: Helping Your Daughter Survive Cliques, Gossip, Boyfriends and Other Realities of Adolescence (sic). En dicho libreto (por mucho que conforme avance se vuelva más y más autocomplaciente y moralista) radica buena parte del éxito de la película. También en su acertado reparto. Lohan nunca estuvo tan bien (¡si hasta parece una niña buena!); y el resto, con MacAdams a la cabeza, le dan la réplica con tino. Chicas malas es una cinta de institutos por encima de la media; una comedia teen que se aleja del tono soez de otras propuestas más o menos similares; una película que se ve con agrado (sobre todo si el que lo hace es fan de este tipo de propuestas de claro objetivo) si nos acercamos a ella como lo que es: una inofensiva producción juvenil que alecciona pero, sobre todo, entretiene. Curiosidad 1: el director de la cinta, Mark Waters, es hermano del guionista de la ya nombrada Escuela de jóvenes asesinos. Ambos han trabajados juntos en, por ejemplo, la anodina (y olvidable) Vampire Academy. Curiosidad 2: en el año 2011 se rodó una (terrible) secuela para televisión (para el canal Freeform, conocido por aquel entonces como ABC Family) con Tim Meadows repitiendo su papel de director de instituto.
Lo mejor: Su ajustado reparto y
el guión de Fey (por mucho que se lance, irremediablemente, al discurso
educador).
Lo peor: Que, como decía al
principio, parezca una versión dulcificada de mi idolatrada Escuela de jóvenes asesinos (la diferencia: en la película de Ryder
ésta mataba accidentalmente a su amienemiga y lograba que pareciese un
suicidio; aquí Cady hace que Regina engorde sin parar ante la desesperación de
esta última).
Puntuación: 7/10.
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