Título original: Rise. Año: 2018. País: Estados Unidos. Género:
Drama. Director: Mike
Cahill. Guionista: Jason Katims
(inspirado por el libro de Michael Sokolove). Intérpretes: Josh Radnor, Marley Shelton, Auli’i Cravalho, Damon J.
Gillespie, Shirley Rumierk, Rosie Perez, Joe Tippett, Ted Sutherland, Amy
Forsyth, Casey Johnson, Taylor Richardson, Rarmian Newton, Ellie Desautels.
No, Rise no es, tal y como
todos pensábamos, la nueva Glee.
Comparte cierta temática (musical), pero el tono es, desde luego, bastante
opuesto, más cercano al drama de Friday
Night Lights, quizá el más popular trabajo de su showrunner: Jason Katims (en ella ejercía, por cierto, de productor
ejecutivo). Pero bueno, a estas altura ya habrás oído a muchos decir
exactamente lo mismo que acabo de aseverar.
Porque Rise se estrenó el
pasado 14 de marzo en Estados Unidos. Y lo hizo acompañada de críticas un tanto
tibias pero que se decantaban, sin duda alguna, hacia el lado favorable. “Con
todos los fallos que tiene (y tiene bastantes), cuando estos niños abren la
boca para cantar, el drama de la NBC
es casi irresistible”, rezaba la de Variety.
El crítico de The
Hollywood Reporter era un poco más duro: “Media temporada de ritmo
irregular, introducciones de personajes poco convincentes y un héroes que es
más desagradable de lo que la serie cree”. Ese “héroe” al que se alude es el
profesor de un colegio (la serie se inspira en un libro, titulado Drama High: The Incredible True Story of a Brilliant
Teacher, a Struggling Town and the Magic of Theater, escrito por Michael Sokolove y que narraba,
como bien indica su título, la historia real de un profesor de teatro, que sacó
adelante, junto a sus alumnos, y a lo largo de sus 40 años de profesión, distintos
musicales con éxito; pero la serie nos llega con cierta polémica, ya que su
creador decidió cambiar la condición sexual del personaje principal, alegando
que no estamos ante una adaptación, sino ante una libre versión en la que los
personajes son creación propia, cosa que avala el mismísimo Sokolove) al que da
vida Josh Radnor, popular por haber dado vida a Ted Mosby (tan adorado como
odiado) en la genial (y longeva) sitcom
Cómo
conocí a vuestra madre (How I Met Your Mother).
El suyo, con permiso de los de Marley Shelton (vista en Planet
Terror o Death
Proof, y que interpreta a la mujer de Radnor) o la veterana Rosie Perez
(quien se hace cargo del papel de profesora gruñona a la que nuestro
protagonista quiere sustituir), nominada al Oscar (en la categoría de mejor
actriz de reparto) por Sin miedo a la
vida (Fearless), en la que interpretó a una mujer sumida en la culpa tras
haber perdido a su bebé en un accidente, es el rostro más reconocible de este
drama. Aunque los que realmente brillan son los integrantes más jóvenes (y
semi-desconocidos, al menos para el que esto escribe). Ellos son el alma de la
serie (o al menos es lo que me parecen transmitir tras este primer capítulo).
Ellos son los que darán (o deberían dar) de qué hablar.
Rodada con cámara en mano (bueno, más o menos), como intentando
rematar su tono realista (realista pero excesivamente melodramático), Rise se presenta como una serie de
personajes. Personajes que nos son presentados de manera atropellada y haciendo
hincapié en, claro, sus múltiples dramas: desde la chica que trabaja de
camarera junto a su madre hasta el que tiene a la suya, inválida, en una
especie de residencia, pasando por otra cuyo progenitor, el entrenador de la
escuela, tuvo que dejar la vivienda familiar tras su affaire con la ya
mencionada madre camarera, + el que no tiene familia o un tercero cuyos ultrareligiosos
padres no ven con buenos ojos su pasión teatral (mucho menos las obras en las
que ha de actuar). También tienen su espacio los numeritos musicales (mucho
menos numerosos y vistosos, al menos de momento, que los vistos en la serie de
Ryan Murphy). Pero mi problema con este primer capítulo viene dado por lo mucho
que me saturan los problemas de sus protagonistas y lo poco que, en definitiva,
me motivan éstos (no así los actores, todos ellos más que correctos). Rise se presenta como una serie loable
y de buen acabado que, eso sí, no logra tocarme la fibra (cosa que no suele ser
especialmente difícil, dicho sea de paso). Además, esta primera toma de
contacto me ha resultado de lo más agotadora
Lo mejor: El casting.
Lo peor: El tono (demasiado dramático)
y unos personajes cuyas vivencias me saturan de mala manera.
Puntuación: 5/10.
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