Título original: Damsels in
Distress. Año: 2011. País: Estados Unidos. Género: Comedia,
Drama, Romance. Director: Whit
Stillman. Guionista: Whit Stillman. Intérpretes: Greta Gerwig, Carrie
MacLemore, Analeigh Tipton, Megalyn Echikunwoke, Adam Brody, Hugo Becker, Meredith
Hagner, Ryan Metcalf,
Jermaine Crawford, Caitlin FitzGerald, Zach Woods, Aubrey Plaza, Billy Magnussen.
Escuela
de jóvenes asesinos (Heathers) es un título de
culto que ha creado, valga la redundancia, escuela. Supuso un antes y un después
en el cine de institutos, por ello no debería extrañarnos la cantidad de trabajos
que se han dedicado a plagiarla y/u homenajearla. Caramelo asesino (Jawbreaker) parece su versión chusca/hardcore, Chicas malas (Mean Girls) su versión Disney
(y exitosa) y Damiselas en apuros,
la película que nos ocupa, su versión más decididamente alternativa, naíf y
absurda.
Greta Gerwig (Frances Ha), superestrella
del mumblecore (movimiento
cinematográfico al que pertenecen aquellas películas de bajísimo presupuesto
que son rodadas, al menos por norma general, en digital y cuyo género transita
entre el drama y la comedia costumbrista; el término, por cierto, fue acuñado
por un técnico de sonido al escuchar cómo los actores parecían murmurar sus
diálogos) que, de un tiempo a esta parte, ha dado el salto al lado más visible
del Hollywood indie, es la protagonista principal y da vida a Violet, una joven
cuyo afán en la vida es mejorar la de los demás. “Las convicciones de Violet son muy extrañas, pero ella las defiende con
tanta firmeza que hasta intenta que los demás también las comprendan. Cuantas
más personas se rían de ella, y le digan que está loca, más motivada se sentirá
para mejorar el mundo y ayudar a las personas a ayudarse a sí mismas”,
aseguraba la propia Gerwig. Pero la trama de Damiselas en apuros (más allá de las oportunas, y necesarias,
presentaciones) comienza a partir de la aparición en escena de una nueva alumna
de intercambio, Lily (Analeigh Tipton), aka
la despistada, a la que Violet y sus amigas, Heather (Carrie MacLemore), aka la dulce, y Rose (Megalyn
Echikunwoke), aka la dogmática, deciden
acoger y guiar por el muy masculino (y zopenco) ambiente universitario; incluso
la ayudarán (o eso creen hacer) a reconducir su vida amorosa (a lo largo de la
película vemos cómo Lily se debate entre dos amores: el del galán y ligón
Charlie, interpretado por Adam Brody, de la serie The O.C., y el del sexy, al menos a ojos de las féminas que pueblan
esta cinta, Xavier, interpretado por Hugo Becker, quien, para complicar todavía
más las cosas, resulta que tiene novia). También le enseñarán a gestionar el “Centro
de Suicidio”, donde tratan de animar a alumnos deprimidos y/o con tendencias
suicidas (sí, otro guiño a Escuela de
jóvenes asesinos) a base de cafés, donuts y… ¡números musicales!, ya que
nuestra protagonista cree en el poder curativo de la música (sic).
Whit Stillman (Metropolitan, Barcelona) regresó a la dirección tras 13 años de ausencia (su
anterior película, The Last Days of
Disco, data de 1998) con la que es, sin lugar a dudas, su cinta más
accesible. ¡Ojo!, ello no quiere decir que estemos ante un trabajo para todos
los gustos. Su humor absurdo y sus diálogos desarmantes pueden sacar de quicio
a aquellos que no comulguen con un tipo de humor tan especial: priman los
diálogos (absurdos, claro), los personajes tontorrones (dicho con todo el
cariño del mundo) y se prescinde, prácticamente por completo, del humor físico.
Los que, como servidor, sí lo hagan podrán disfrutar de una comedia (de enredo)
nada convencional que se beneficia de un magnífico reparto (en el que brilla
una Greta Gerwig en plenas facultades) y de un guión que, si bien se desinfla
durante su último tramo, logra ensimismarnos con las vivencias de su muy peculiar,
y protagónico, clan femenino.
Lo mejor: Su tono absurdo y una
Greta Gerwig tan maravillosa como de costumbre.
Lo peor: Su desenlace. No es que
sea malo (tampoco es que me haya disgustado sobremanera), pero me invade la
sensación de que Whitman no supo cómo enfocarlo. Durante una de las entrevistas
promocionales confesó que le había costado cerca de un año escribir las
primeras 23 páginas del guion, lo que me lleva a pensar que tal vez debería haber
invertido algo más de tiempo en su acto final (el cual noto algo precipitado). Y
no, no me vale (como excusa; o no) que el mismo sea una especie de homenaje a
la película Señorita en desgracia (A
Damsel in Distress), protagonizada por Fred Astaire y de la que toma prestado (bueno,
más o menos) su título original.
Puntuación: 7/10.
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