Título original: Paquita Salas. Año: 2019 (Temporada 3 de Paquita Salas). País: España. Género: Comedia. Creadores: Javier
Calvo y Javier Ambrossi (aka “Los
Javis”). Intérpretes: Brays Efe, Belén
Cuesta, Yolanda Ramos, Lidia San José, Belinda Washington, Anna Castillo, Terelu
Campos, King Jedet, Álex de Lucas, Jazz Vilá, Claudia Traisac, Piti Alonso,
Gracia Olayo, Lydia Bosch, Macarena García, Úrsula Corberó, Cayetana Guillén
Cuervo, Ana Fernández-Villaverde (aka
La Bien Querida).
“No estoy
loca, estoy hasta el coño”, señalaba Paquita (Brays Efe, mimetizado con el
personaje; ¡y yo que lo aplaudo!) en la temporada anterior. Una frase que se
convertía en toda una declaración de intenciones, pero que, desde luego, no era
la única frase memorable, ya que la temporada estaba repleta de ellas. También
lo está la que nos ocupa. “Yo nos los llamo haters,
yo los llamo HIJOS DE PUTA” es, desde que se diera a conocer en uno de los
tráilers, una de las que más vamos a oír (y decir) este año.
Lo que
cambia (de la temporada anterior a esta tercera) un tanto es el tono. Si
algunos se quejaron (yo no, a mí me encantó) por el giro más decididamente
dramático de la segunda, ahora se alegrarán, ya que, aunque en ésta también hay
lugar para el drama, es la comedia la que gana las partida por goleada (hacía
tiempo que no me reía tanto con una serie como me estoy riendo con Paquita Salas). El resultado sigue
siendo terriblemente disfrutable. Se dice que el tercer disco de un cantante (o
grupo) es el de consagración (o el que hundirá su carrera para siempre; ¡viva
el dramatismo!). Si eso lo trasladamos al mundo de las series queda claro que
esta tercera temporada es, sin lugar a dudas, la de total consagración. No es
sólo que, al igual que las anteriores, y a pesar de que los capítulos son un
pelín más largos, se vea en un suspiro (dejando ganas de más), sino que todos
sus valores (sus momentos cómicos, sus frases míticas, sus actores entregados,
sus sorprendentes cameos) siguen ahí (algunos incluso incrementados o elevados
a la enésima potencia).
La historia
es, en esta ocasión, mucho más optimista, ya que, si al final de la temporada
anterior veíamos cómo Paquita tiraba la toalla, en ésta resurge cual ave fénix,
con nueva agencia y dos clientas en las que centrarse: Lidia San José (quien se
ve envuelta en una gran polémica tras aceptar interpretar a un transexual; la
serie siempre jugando muy acertadamente con los temas de actualidad) y Belinda
Washington (más interesada en ligar a través de una aplicación que en seguir
los consejos laborales de Paquita). ¿Y qué
decir del elenco? Pues nada que no se haya dicho ya. Los de siempre están tan
estupendos como acostumbran; los nuevos, con nombres tan aparentemente
imposibles como los de Terelu Campos o King Jedet, no les van a la zaga. Netflix, por favor, no canceles nunca Paquita Salas.
Lo mejor: Los actores (atención,
porque Yolanda Ramos sigue robando todas aquellas escenas en las que aparece),
la cantidad de gags memorables (ya no sólo frases, que también), la inmensísima
mayoría de sus momentos musicales (incluida, por supuesto, la participación de
mi adorada Ana Fernández-Villaverde) y los sorprendentes cameos. Me encanta
cómo juega con realidad y ficción (véase el primer capítulo con Macarena
García; y sí, yo también reivindico un Goya para Cayetana Guillén Cuervo).
Lo peor: Sigo sintiendo que
tanto Belén
Cuesta como Anna Castillo están un tanto desaprovechadas, por mucho
que cada una tenga su momentillo de gloria.
Puntuación: 7,5/10.
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