Título original: The Conners. Año: 2019 (Temporada 1 de Los
Conner). País: Estados Unidos. Género: Comedia.
Creadores: Bruce Helford, Bruce Rasmussen, Dave Caplan y
Matt Williams. Intérpretes:
John Goodman, Laurie Metcalf, Sara Gilbert, Alicia
Goranson, Michael Fishman, Emma Kenney, Ames McNamara, Jayden Rey, Maya Lynne
Robinson, Jay R. Ferguson, Estelle Parsons, Johnny Galecki, Juliette Lewis, James
Pickens Jr., Natalie West, Matthew Broderick, Justin Long.
Roseanne regresaba, con una décima
temporada, el año pasado. Y lo hacía arrasando: buenas críticas y unos datos
de audiencia espectaculares (su primer capítulo congregó a más de 18 millones
de telespectadores). Tan espectaculares que ABC, el canal que la emitía en Estados Unidos, decidió renovarla ipso facto. Casi tan rápido como decidieron
cancelarla tras unos tweets nada
delicados, y sí muy ofensivos, de su creadora y protagonista principal, la
siempre deslenguada (dicho en este caso como algo terriblemente negativo)
Roseanne Barr (sí, la que daba nombre a la serie).
Así, la que parecía destinada a convertirse en la gran sitcom (recordemos que la trama giraba
en torno a las alegrías y miserias de una familia americana de clase
media-baja), y gran acierto, de ABC
se transformaba en todo un quebradero de cabeza. Quebradero de cabeza (con
varios de los compañeros de la díscola actriz afeando sus palabras) que
derivaría en la creación de esta Los
Conner; o, lo que vendría a ser lo mismo, Roseanne sin Roseanne (Barr). Al personaje se lo ventilaban rápido
(el muerto al hoyo y el vivo al bollo). Eso sí, con menciones, acá y allá ¿Se
nota la no presencia de Barr? Sí. ¿Seguimos estando ante una comedia
apreciable? Sí. Tal vez no tan apreciable como esa décima temporada (y última,
claro) de Roseanne, por mucho que
siga conservando buena parte de sus valores.
Roseanne ya no está, pero seguimos contando con pesos pesados como
Laurie Metcalf (perfectísima en su rol; una comediante nata a reivindicar, como
no me cansaré de repetir), John Goodman (patriarca, gruñón y bonachón) o Sara
Gilbert (la díscola hija mediana; ahora reconvertida en díscola madre separada que
tiene que lidiar con dos hijos bien distintos). El resto del reparto
simplemente cumple con su cometido (a veces ni eso, la verdad, pero tampoco es
que sea algo que nos pueda llegar a molestar en demasía). La serie también
cuenta con unas tramas en las que prima la hilaridad sobre algunos de los temas
más cotidianos, con el aliciente de que éstos (como ya pudimos comprobar en la
décima temporada de Roseanne) se han
expandido hasta aquellos más peliagudos (y que la gran mayoría de sitcoms trata de evitar o directamente
no afrontan): feminismo, racismo, identidad de género, fe… (si bien, he de
decir que son tratados de manera más sutil, y por lo tanto menos interesante y
provocadora, que en la tan mencionada décima temporada). Esta primera entrega
de Los Conner se compone de tan sólo
11 capítulos; 11 capítulos que se consumen con la misma rapidez, y ansía, con
la que servidor se mete, entre pecho y espalda, una tableta de chocolate con
leche (y sí, no existe mayor piropo).
Lo mejor: Metcalf, Goodman y
Gilbert. Los Conner se presenta como
una de las más dignas sitcoms (en el
sentido más clásico de la palabra) de la temporada.
Lo peor: Sigue funcionando, pero
me queda la sensación de que le falta algo; y no, no es simplemente la
presencia de Barr.
Puntuación: 7/10.
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