sábado, 17 de agosto de 2019

Los Conner (Temporada 1)

Título original: The Conners. Año: 2019 (Temporada 1 de Los Conner). País: Estados Unidos. Género: Comedia. Creadores: Bruce Helford, Bruce Rasmussen, Dave Caplan y Matt Williams. Intérpretes: John Goodman, Laurie Metcalf, Sara Gilbert, Alicia Goranson, Michael Fishman, Emma Kenney, Ames McNamara, Jayden Rey, Maya Lynne Robinson, Jay R. Ferguson, Estelle Parsons, Johnny Galecki, Juliette Lewis, James Pickens Jr., Natalie West, Matthew Broderick, Justin Long.

Roseanne regresaba, con una décima temporada, el año pasado. Y lo hacía arrasando: buenas críticas y unos datos de audiencia espectaculares (su primer capítulo congregó a más de 18 millones de telespectadores). Tan espectaculares que ABC, el canal que la emitía en Estados Unidos, decidió renovarla ipso facto. Casi tan rápido como decidieron cancelarla tras unos tweets nada delicados, y sí muy ofensivos, de su creadora y protagonista principal, la siempre deslenguada (dicho en este caso como algo terriblemente negativo) Roseanne Barr (sí, la que daba nombre a la serie).

 
Así, la que parecía destinada a convertirse en la gran sitcom (recordemos que la trama giraba en torno a las alegrías y miserias de una familia americana de clase media-baja), y gran acierto, de ABC se transformaba en todo un quebradero de cabeza. Quebradero de cabeza (con varios de los compañeros de la díscola actriz afeando sus palabras) que derivaría en la creación de esta Los Conner; o, lo que vendría a ser lo mismo, Roseanne sin Roseanne (Barr). Al personaje se lo ventilaban rápido (el muerto al hoyo y el vivo al bollo). Eso sí, con menciones, acá y allá ¿Se nota la no presencia de Barr? Sí. ¿Seguimos estando ante una comedia apreciable? Sí. Tal vez no tan apreciable como esa décima temporada (y última, claro) de Roseanne, por mucho que siga conservando buena parte de sus valores.

 
Roseanne ya no está, pero seguimos contando con pesos pesados como Laurie Metcalf (perfectísima en su rol; una comediante nata a reivindicar, como no me cansaré de repetir), John Goodman (patriarca, gruñón y bonachón) o Sara Gilbert (la díscola hija mediana; ahora reconvertida en díscola madre separada que tiene que lidiar con dos hijos bien distintos). El resto del reparto simplemente cumple con su cometido (a veces ni eso, la verdad, pero tampoco es que sea algo que nos pueda llegar a molestar en demasía). La serie también cuenta con unas tramas en las que prima la hilaridad sobre algunos de los temas más cotidianos, con el aliciente de que éstos (como ya pudimos comprobar en la décima temporada de Roseanne) se han expandido hasta aquellos más peliagudos (y que la gran mayoría de sitcoms trata de evitar o directamente no afrontan): feminismo, racismo, identidad de género, fe… (si bien, he de decir que son tratados de manera más sutil, y por lo tanto menos interesante y provocadora, que en la tan mencionada décima temporada). Esta primera entrega de Los Conner se compone de tan sólo 11 capítulos; 11 capítulos que se consumen con la misma rapidez, y ansía, con la que servidor se mete, entre pecho y espalda, una tableta de chocolate con leche (y sí, no existe mayor piropo).

Lo mejor: Metcalf, Goodman y Gilbert. Los Conner se presenta como una de las más dignas sitcoms (en el sentido más clásico de la palabra) de la temporada.

Lo peor: Sigue funcionando, pero me queda la sensación de que le falta algo; y no, no es simplemente la presencia de Barr.

Puntuación: 7/10.

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