Título
original: King Arthur. Año:
2004. País: Estados Unidos. Género:
Acción, Aventuras. Director:
Antoine Fuqua. Guionistas: David
Franzoni y John Lee Hancock. Intérpretes:
Clive Owen, Keira Knightley, Ioan Gruffudd, Stellan Skarsgård, Ray
Winstone, Mads Mikkelsen, Hugh Dancy, Joel Edgerton, Stephen Dillane,
Til Schweiger.
Clive Owen es el
protagonista de esta enésima vuelta de tuerca a la ya clásica, y
manida, historia del rey Arturo y los caballeros de la mesa redonda.
Y digo lo de vuelta de tuerca porque lo que Fuqua (aunque de seguro
auspiciado por Jerry Bruckheimer, quien ejerce de productor y cuya
alargada sombra se deja notar a lo largo de toda la cinta) nos
propone una película de acción y aventuras a medio camino entre
Gladiator y El señor de los anillos (The Lord of the
Rings). Si bien, huelga señalar que el resultado final es
decididamente inferior.
Y es que la película, como típica
superproducción veraniega que es (fue), peca de simplista (¡a pesar
de ello su duración supera las dos horas!), ya que sus personajes
están bastante mal definidos (prácticamente se dividen en buenos y
malos, no hay punto medio) y los diálogos acaban resultando, en su
mayoría, un tanto bochornosos (sirvan como ejemplo los edulcorados
recitales con que sus protagonistas nos alegran, es un decir, los
oídos). Si se ve como lo que es, un simple y vacuo divertimento,
incluso puede resultar simpática.
Su falta de emotividad
también juega en su contra. Ni siquiera un reparto repleto de
rostros populares y bien solventes, con Clive Owen (en un papel
ofrecido con anterioridad a actores como Hugh Jackman o Russell
Crowe) y Keira Knightley a la cabeza, consiguen elevar este trabajo
que, eso sí, cuenta con su pertinente buena ración de escenas de
acción de envergadura. El rey Arturo obtuvo una recepción
crítica casi tan fría como la comercial (en Estados Unidos recaudó
poco más de 50 millones de dólares cuando su presupuesto se estimó
en, aproximadamente, unos 120).
Lo mejor: Su
solvente reparto.
Lo peor: No
juega bien sus cartas; no destaca por nada en concreto. Y sí, su
duración se me hizo excesiva.
Puntuación: 5/10.
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