sábado, 21 de marzo de 2020

Robin Hood

Título original: Robin Hood. Año: 2010. País: Estados Unidos. Género: Aventuras, Acción. Director: Ridley Scott. Guionistas: Brian Helgeland, Ethan Reiff y Cyrus Voris. Intérpretes: Russell Crowe, Cate Blanchett, Oscar Isaac, Mark Strong, Max von Sydow, William Hurt, Kevin Durand, Danny Huston, Léa Seydoux, Eileen Atkins, Matthew Macfadyen, Mark Addy, Alan Doyle, Luke Evans.

Ridley Scott volvió a reunirse con uno de sus actores fetiche (Crowe, claro) para reinterpretar la, sobradamente conocida (e interpretada y re-interpretada), historia de Robin Hood. Tratando de no ser otra más, el guión la aleja de la típica aventura vacua, como fuera el caso de Robin Hood, príncipe de los ladrones (Robin Hood: Prince of Thieves), mientras que su altísimo presupuesto poco tiene que ver con el de la mucho más humilde Robin Hood, el magnífico (Robin Hood). Eso por citar sólo un par de casos más o menos recientes con respecto a la producción que nos ocupa.


Y es que esta película trata de ofrecer un retrato más adulto, haciendo hincapié en los personajes y en el marco histórico en el que se desarrolla la trama, en lugar de forzar una lucha entre buenos y malos. La idea es buena (vale, sí, correcta), pero llevada a la práctica los resultados no son tan satisfactorios como cabría esperar (Scott + Crowe + Blanchett + una clásica historia de aventuras; ¿qué podría salir mal?).


Sorprende la elección de la pareja protagonista (Crowe y Blanchett, ambos excelentes, por cierto), ya que pueden resultarnos un tanto maduros para encarnar a sus personajes (o por lo menos a los personajes tal y como los conocemos gracias a otras obras). Sin embargo, tanto ellos como el resto del reparto son lo más destacable de la película, la cual goza de un buen acabado, tanto gracias al trabajo de fotografía (la cual sobreexplota los tonos tierra) como al vestuario y, por ende, todo lo relacionado con la dirección artística. Pero, ni todo ello puede evitar la sensación de que su metraje sea, a todas luces, excesivo (se podrían recortar, al menos, unos veinte minutos), ni de que ande falta (y esto sí que es grave de verdad) de un mayor tono épico y emotivo. Los que esperen encontrarse con otro Gladiator se llevarán una desagradable (o por lo menos ni tan remotamente agradable) sorpresa.

Lo mejor: El reparto. Sobre todo el principal.

Lo peor: Su intrascendencia. No deja poso a pesar de los talentos implicados.

Puntuación: 5,5/10.

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