lunes, 17 de octubre de 2022

La cinta blanca

Título original: Das weisse ban. Año: 2009. País: Alemania. Género: Intriga, Drama. Director: Michael Haneke. Guionista: Michael Haneke. Intérpretes: Susanne Lothar, Ulrich Tukur, Leonard Proxauf, Josef Bierbichler, Michael Schenk, Janina Fatuz, Michael Kranz, Marisa Growaldt, Roxane Duran, Maria-Victoria Dragus. 
 
Si tuviese que realizar una lista con aquellos directores que han usado la violencia como tema recurrente en sus trabajos, Haneke ocuparía un lugar destacado en la misma. En La cinta blanca vuelve a tratar el tema, y aunque evita escenas escabrosas (en la medida de lo posible; haberlas, haylas), el eje central de la misma resulta tan tenebroso como inquietante.
 

Rodada en un impresionante y bellísimo blanco y negro, la película nos sitúa en una pequeña aldea unos años antes del nacimiento del nazismo (hecho histórico que resalto porque considero que ayuda a dar mayor sentido a la película, aunque su director haya negado que la trama trate de dar explicación alguna sobre el fascismo alemán). Allí se nos presenta a un grupo de personajes que van desde el pastor (Burghart Klaussner) del lugar hasta el médico (Rainer Bock), y de cómo la violencia, la represión y los oscuros secretos juegan un papel importante en sus vidas. Tan sólo la historia de amor del profesor (Christian Friedel), quien también actúa como narrador, con Eva (Leonie Benesch) ofrece un poco de respiro entre tanto desasosiego. 
 

El ambiente malsano domina la historia, llegando a saturarla. Más todavía si tenemos en cuenta dos factores: su pausada narración y su excesiva duración (casi dos horas y media). Ello termina por pasarle factura, a pesar de su impecable acabado y de sus transgresoras intenciones. A pesar de todo, el resultado final es más que interesante y tiene la virtud de no dejar indiferente. 
 
Lo mejor: Su espectacular fotografía en blanco y negro. 
 
Lo peor: Exhausta que te esté ahogando durante prácticamente todo su (nada comedido) metraje (por mucho que sea su intención); el tono malsano de escenas que se te quedan en la retina, como cuando Martin (Leonard Proxauf) es atado a su cama… para que no se masturbe o cuando el pastor (padre de Martin, por cierto) se encuentra a su pájaro atravesado por unas tijeras. 
 
Puntuación: 6/10.

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