Título original: To Kill a Mockingbird. Año: 1962. País: Estados Unidos. Género: Drama. Director: Robert Mulligan. Guionista: Horton Foote (adaptando la novela de Harper Lee). Intérpretes: Gregory Peck, Mari Badham, Brock Peters, Phillips Alford, John Megna, Frank Overton, Robert Duvall, Rosemary Murphy.
Considerado uno de los
grandes clásicos del séptimo arte, Matar a un ruiseñor es
la traslación cinematográfica de la novela de Harper Lee. Gregory
Peck da vida a Atticus Finch, un hombre bueno; un abogado de
principios; un tipo noble. La película, por su parte, contiene dos
partes bien diferenciadas: en la primera somos testigos de los juegos
y travesuras de los hijos de Atticus, Jem (Phillip Alford) y Scout
(Mary Badham), con diversas aventuras y enredos incluidos; en la
segunda vemos a Atticus tratar de defender a un hombre negro acusado
de violación (así como la repercusión que el suceso tiene entre
los lugareños).
La historia nos es contada a través de los
recuerdos de la hija de Atticus. Es por ello que se hace especial
hincapié (por lo menos durante la mayor parte del relato) en una
especie de visión fantasiosa; visión en la que la dulzura y el
terror se exageran a extremos (véase la escena en la que los niños
juegan a llegar hasta la puerta de la casa vecina, habitada
supuestamente por un tipo peligroso) insospechados y obviamente
infantiles (lo cual resulta curioso teniendo en cuenta el tema tan
peliagudo que trata). También sirve para que podamos comprobar la
influencia que el protagonista ejerce sobre sus retoños (y sus
valores de amistad, tolerancia y respeto hacia los demás).
A
destacar la estupenda fotografía en blanco y negro (especialmente el
extraordinario juego de sombras vistas en algunas escenas). Sirva
como ejemplo aquella en la que el hijo del protagonista parece ser
atacado por la sombra de una persona (casi parece un homenaje a
Nosferatu...). Los intérpretes también realizan un buen
trabajo. La de Gregory Peck es todo un prodigio de contención,
siendo ahí donde radica su grandeza. Lo mismo se podría decir de la
película en general. En su (aparente) sencillez se haya su encanto y
valor, resultando su lectura final más compleja de lo que aparenta.
Lo mejor: Es
un clásico de esos que todo buen aficionado al séptimo arte debe
ver.
Lo peor: A
la película le sobra alguna escena cuyo mensaje no me queda claro,
por ejemplo, ¿a que viene aquella escena en la que Atticus dispara
contra un perro rabioso?, ¿quizás para que veamos que a pesar de
ser un hombre pacífico no sólo sabe defenderse con el diálogo? Aun
así, no la veo necesaria en absoluto.
Puntuación: 8/10.
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