Título original: Nanjing! Nanjing! Año: 2009. País: China. Género: Drama, Bélico. Director: Lu Chuan. Guionista: Lu Chuan. Intérpretes: Liu Ye, Gao Yuanyuan, Hideo Nakaizumi, Fan Wei, Ryu Kohata, Qin Lan, Kiang Yiyan, John Paisley, Liu Bin, Beverly Peckous, Yao Di.
Hay muchas maneras de
acercarse a un hecho histórico. En las películas bélicas, por
ejemplo, depende mucho el punto de vista de quién nos cuenta lo
sucedido. Será diferente si la vivimos a través de los ojos de los
vencedores que de los vencidos, aunque también influye (y mucho) la
visión del director. Es decir, no es lo mismo una versión
patriótica que otra más crítica. Buena muestra de esto último
serían los trabajos de Oliver Stone o Stanley Kubrick. Hay incluso
quien se atreve a mostrarnos ambos puntos de vista, como Clint
Eastwood con Banderas de nuestros padres (Flags of Our
Fathers) y Cartas desde Iwo Jima (Letters from Iwo Jima). Lu
Chuan es un reputado director chino que nos ofrece la visión de su
pueblo con respecto a las vejaciones, torturas y muertes a las que
fueron sometidos por el ejército nipón en 1937.
La película
nos narra la masacre de Nankín, en la que alrededor de 300.000
chinos fueron asesinados por el ejército japonés. Para contar dicha
tragedia, Lu Chuan se sirve tanto de personajes reales como
ficticios. Entre los primeros destacaría John Rabe (John Paisley),
un comerciante alemán que ayudó al pueblo chino, mientras que en el
segundo encontramos a su ayudante (Fan Wei) o a Kadokawa (Hideo
Nakaizumi), integrante del ejército japonés pero crítico con sus
acciones. Sin embargo, el director pone más énfasis en las
situaciones que en los personajes, los cuales pasan automáticamente
a un segundo plano.
Es cierto que en algunas ocasiones pueda
parecer que estemos ante un simple panfleto o una película
propagandística, pero lo que prevalece es el talento del director a
la hora de abordar cada una de las escenas. Su gran labor se nota en
los impresionantes primeros tres cuartos de hora, los cuales me
recordaron sobremanera a uno de los más alabados trabajos de
Spielberg: Salvar al soldado Ryan (Saving Private Ryan). A
ello habría que añadir el impacto que generan la inmensa mayoría
de sus pasajes, la emotividad y dureza del conjunto o su magnífica
fotografía en blanco y negro, una de las grandes virtudes de la
película.
Lo mejor: Fotografía,
historia y labor de dirección. Atención a su primera parte, pero
también a su último plano.
Lo peor: Ciertos
pasajes ligeramente panfletarios.
Puntuación: 8/10.
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