Título
original: Invictus. Año:
2009. País: Estados Unidos. Género: Drama.
Director: Clint
Eastwood. Guionista:
Anthony Peckham (adaptando el libro de John Carlin). Intérpretes:
Matt Damon, Morgan Freeman, Tony Kgoroge, Julian Lewis Jones, Adjoa
Andoh, Matt Stern, Patrick Mofokeng, Leleti Khumalo, Marguerite
Wheatley, Scott Eastwood.
Invictus está
basada en un libro de John Carlin, el cual narra los hechos
acontecidos en el mundial de rugby de Sudáfrica en el que los
anfitriones se proclamaron, contra todo pronóstico, vencedores. La
película se centra en ello, haciendo hincapié en los esfuerzos
tanto de Mandela (Morgan Freeman) como del capitán del equipo,
François (Matt Damon), no sólo por la victoria, sino por lo que
ello supondría de catártico para todos, incluido el mitigar la
problemática racista.
Cuando se retrata a un personaje real
(o un hecho histórico) se corre el riesgo de verse demasiado
influenciado por las simpatías que el mismo despierta en la persona
que se encarga de dicho retrato. Más o menos eso es lo que le ocurre
a Eastwood. Su admiración por los protagonistas es tan inmensa (que
conste que no es para menos, por lo menos en el caso de Mandela) que
su película termina siendo no sólo partidista, sino también
demasiado blandita y condescendiente.
Lo mejor de Invictus
es el trabajo de Damon y, sobre todo, el mimetismo de Freeman, quien
realiza una interpretación sencilla pero detallista y tremendamente
creíble, y no sólo gracias al parecido físico. La dirección de
Eastwood resulta extremadamente correcta, pero puede llegar a
resultar fría y calculadora. Y lo digo porque no destaca
precisamente por arriesgar o salirse de la norma. Además, uno de los
puntos flacos de la película sería su excesiva duración
(tranquilamente se podrían recortar unos quince/veinte minutos),
algo que perjudica sobremanera a su último acto. Aunque resulta
chocante que Eastwood se haya decidido por plasmar esta parte de la
(interesantísima) vida de Mandela, lo cierto es que estamos ante un
hecho histórico de superación que hace sentir bien al espectador
gracias a su amable y bienintencionado mensaje. Me vale.
Lo mejor: De
todas las escenas de la película me quedo especialmente con una,
aquella en la que vemos a François comprobar cómo de minúscula era
la celda en la que Mandela estuvo preso. Una escena sencilla pero
eficaz. De todas maneras, lo mejor de lo mejor es Freeman (fue
nominado al Oscar, en la categoría de actor principal) y, en menor
medida, Damon (fue nominado al Oscar, en la categoría de mejor actor
secundario).
Lo peor: A
veces su tono, pero, sobre todo, un tercer acto inferior y un
Eastwood menos emocional, y más previsible, de lo debido/deseado.
Puntuación:
6,5/10.
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