Título
original: Jenifer. Año:
2005. País: Estados Unidos. Género:
Terror. Director:
Dario Argento. Guionista: Steven
Weber (adaptando un relato corto de Bruce Jones). Intérpretes:
Steven Weber, Carrie Fleming, Brenda James, Harris Allan, Beau Starr,
Laurie Brunetti.
La fama como reputado
director especializado en el género precede a Dario Argento. Sin
embargo, he tratado de acercarme en innumerables ocasiones a sus
trabajos sin encontrar en los mismos la maestría que se le atribuye
(y a pesar de que algunos, como su celebrada Suspiria,
no me disgustaron).
Él se encargó de
dirigir el cuarto episodio de esta serie de terror; episodio en el
que se nos narra cómo cambia la vida de un policía, llamado Frank
(Steven Weber), después de salvar a Jenifer (Carrie Fleming), una
joven de rostro desfigurado (y una deficiencia psíquica más que
evidente) que estaba a punto de ser asesinada.
Argento no
escatima en sangre y vísceras para contarnos una historia sin pies
ni cabeza; una historia que, para colmo, resulta de lo más aburrida
(sólo las secuencias más desagradables logran elevar, ligeramente,
el interés de tan aletargado relato). Eso por no hablar de la banda
sonora, cuyo tema central es una especie de nana macabra de lo más
risible. Un despropósito del que apenas se salva alguna de las
escenas más bestias.
Lo mejor: Alguno
de sus momentos más sanguinolentos.
Lo peor: Es
un sinsentido sin gracia. ¿De verdad es mínimamente creíble que
Frank se pueda sentir atraído por Jenifer (y menos sexualmente)
hasta el punto de encubrir sus primeros (y brutales) asesinatos?
Puntuación: 2/10.
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