viernes, 22 de marzo de 2024

Confesiones de una compradora compulsiva

Título original: Confessions of a Shopaholic. Año: 2009. País: Estados Unidos. Género: Comedia, Romance. Director: P.J. Hogan. Guionistas: Tim Firth y Travey Jackson (adaptando los libros de Sophie Kinsella). Intérpretes: Isla Fisher, Hugh Dancy, Krysten Ritter, Joan Cusack, John Goodman, John Lithgow, Kristin Scott Thomas, Lynn Redgrave, Julie Hagerty.
 
Rebecca (Isla Fisher) escribe en una revista sobre jardinería, pero lo que de verdad desea es escribir sobre moda, puesto que su gran afición es comprar (sobre todo ropa de importantes firmas). Su compañera de piso (Krysten Ritter, antes de protagonizar Jessica Jones) cree que tiene un problema; y es que Rebecca compra más de lo que puede permitirse, hasta el punto de acumular una considerable deuda, la cual se convertirá en un problema mayor al perder su empleo. Tras un infructuoso intento de cubrir un puesto en su revista de moda favorita, termina accediendo a otro en el que debe escribir sobre… economía. Ambas revistas forman parte de la misma editorial, es por ello que Rebecca acabará aceptándolo. Lo que desconoce es que su nuevo rumbo profesional también puede ofrecerle importantes cambios personales...
 
 
Confesiones de una compradora compulsiva es una desafortunada mezcolanza entre El diablo viste de Prada (The Devil Wears Prada) y las desventuras de Bridget Jones. Una fusión poco conseguida. Son varias las cosas que fallan, entre ellas una dirección fría (P.J. Hogan, ¡quién te ha visto y quién te ve!) y unos personajes poco definidos y aburridos, culpa de un guión muy poco aprovechado. Ello se nota, por ejemplo, en el descafeinado triángulo amoroso que se forma entre nuestra protagonista, su jefe y la estirada Alicia (Leslie Bibb), el cual apenas se presenta como un esbozo que podría (debería, más bien) haber dado mucho más juego.
 
 
Estas películas suelen encontrar en sus personajes secundarios su mayor cúmulo de comicidad, sin embargo, aquí esos personajes están tan desaprovechados como sus intérpretes (léase: John Goodman, Joan Cusack o Kristin Scott Thomas). Afortunadamente, Isla Fisher se desenvuelve con soltura, demostrando su buena vis cómica y también que no es necesario ser una actriz de renombre para llevar el peso de una película de estas características. Resulta irónico que el estreno de la cinta coincidiese de pleno con la crisis económica mundial. Bueno, irónico y hasta inapropiado.
 
Lo mejor: El reparto no es malo; los personajes, para nuestra desgracia, sí.
 
Lo peor: ¿Dónde quedó la chispa de P.J. Hogan? Vale, sí, es verdad, que el guión no se lo pone nada fácil.
 
Puntuación: 3,5/10.

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