lunes, 18 de marzo de 2024

La boda de mi mejor amigo

Título original: My Best Friend’s Wedding. Año: 2007. País: Estados Unidos. Género: Comedia, Romance. Director: P.J. Hogan. Guionista: Ronald Bass. Intérpretes: Julia Roberts, Dermot Mulroney, Cameron Diaz, Rupert Everett, Philip Bosco, Rachel Griffiths, Carrie Preston, Susan Sullivan, Paul Giamatti.
 
P.J. Hogan reincide en temas matrimoniales, tras su estupenda La boda de Muriel (Muriel's Wedding), en esta divertida comedia de enredos de corte clásico. Todo comienza cuando Michael (Dermot Mulroney) le confirma a Julianne (Julia Roberts) su próximo enlace con Kimberly (Cameron Diaz), a partir de entonces la única misión de Julianne será estropear dicho enlace y recuperar a su antiguo amor.
 
 
La película se beneficia del buen hacer de su dúo femenino protagónico. Roberts demuestra su carisma y talento natural para la comedia (tanto para la romántica como para los gags visuales: caídas, persecuciones…) y, a pesar de contar con un personaje que podría resultar antipático debido a sus actos (seguramente así habría sido de interpretarlo cualquier otra actriz), consigue meterse al público en el bolsillo. Diaz, por su parte, tiene a su disposición algunos de los momentos más celebrados (véase la escena del karaoke) y la actriz sabe sacar provecho de ellos. Completando el triángulo amoroso” nos encontramos con Mulroney; y aunque su interpretación no sea mala, queda eclipsado por el resto de intérpretes (también es verdad que el suyo es el personaje más soso). Atención especial merece un divertidísimo Rupert Everett, quien encarna al amigo gay, y particular pepito grillo, de Julianne. El actor casi eclipsa a todos con su comicidad y buen hacer (véase la mítica secuencia musical durante la comida).
 
 
Unos personajes con gancho (secundarios incluidos; pero Roberts, Diaz y Everett por encima de todos) y un guión bien engranado (sabe sacar partido de los personajes y juega muy acertadamente con los equívocos y enredos; tan bien como lo haría una comedia del Hollywood clásico). Igualmente acertada es la elegante dirección de Hogan, más encaminada hacia la comedia más formal que hacia la burla o la parodia. El resultado final sería equiparable al de una buena tarta de boda: dulce y resultona pero no empalagosa.
 
Lo mejor: Su comicidad y un reparto (así en general) entregadísimo y encantador. Es una comedia de enredo francamente encantadora.
 
Lo peor: Que Rupert Everett no fuese nominado al Oscar. Me enfada casi tanto como que Crash ganase el correspondiente a mejor película, en lugar de Brokeback Mountain, o que Moonlight se impusiese a mi amada La La Land.
 
Puntuación: 7,5/10.

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