Título original: Dawson’s Creek. Años: 1998-2003 (6 Temporadas). País: Estados Unidos. Género: Drama. Creador:
Kevin Williamson. Intérpretes: James
Van Der Beek, Katie Holmes, Joshua Jackson, Michelle Williams, Kerr Smith,
Meredith Monroe, Nina Repeta, Mary Beth Peil, Mary-Margaret Humes, John Wesley
Shipp, Busy Philipps, Dylan Neal, Michael Pitt, Sasha Alexander, Monica Keena,
Oliver Hudson, Chad Michael Murray, Jensen Ackles, Jason Behr, Scott Foley,
Robin Dunne, Brittany Daniel, Sherilyn Fenn, Ken Marino, Jonathan Lipnicki,
Rachael Leigh Cook.
Recuerdo que me interesé
sobremanera por esta serie tras conocer que el creador de la misma era Kevin
Williamson, el guionista de Scream,
película que por aquel entonces me tenía completamente fascinado. También me
llamaba la atención que aunque sobre el papel pareciese otro melodrama/culebrón
juvenil al uso la acción no se desarrollase en ninguna ciudad hipercosmopolita
(los protagonistas, a excepción del personaje de Michelle Williams, mi
favorito, que se muda desde la ciudad, residían en un pequeño pueblo llamado
Capeside) ni sus actores (¡la de chistes fáciles que provocaban los mohines de
Van Der Beek!) pareciesen sacados de algún catálogo de moda del tres al cuarto.
Además, ¡los triángulos amorosos a lo Sensación
de vivir (Beverly Hills, 90210) no tardaban nada en llegar!
Fue ver el primer episodio y
saber que me había enganchado. La química entre su joven reparto, esos diálogos
a lo Kevin Smith (pero sin los tacos, chistes y/o groserías propios del genial director
de Clerks y Mallrats), sus innumerables guiños a la cultura pop en general y al
séptimo arte en particular… La historia era bien sencilla: chico, llamado
Dawson (James Van Der Beek), quiere a chica, llamada Joey (Katie Holmes, quien
años después se haría mundialmente famosa gracias a convertirse en otra ex de
Tom Cruise y madre de uno de sus hijos); ella siente lo mismo, pero ninguno se
atreve a dar el primer paso. Para colmo de males llega una chica nueva, Jen
(Michelle Williams), de la que nuestro protagonista no tarda en enamorarse. Y
no nos olvidemos de Pacey (Joshua Jackson, en un papel para el que Jason Biggs,
protagonista de American Pie, se
presentó a las audiciones), el muy salido (ya durante la primera temporada se
acaba liando con su profesora; ¡toma cliché!) mejor amigo de Dawson.
A destacar varios episodios de la
primera temporada que homenajeaban de manera muy explícita a películas como Scream o El club de los cinco (The Breakfast Club). También el personaje de
Michelle Williams. Y es que mientras todos los seguidores debatían sobre con
quién debería quedarse Joey, lo que a mí me seguía manteniendo pegado al
televisor era la díscola (dicho con todo el cariño del mundo) Jen Lindley. Su
rebeldía de cartón piedra, sus amores imposibles, sus altibajos… Williamson,
que volvería a saborear el éxito televisivo gracias a Crónicas vampíricas (The Vampire Diaries), dejó la serie al final
de la segunda temporada y la misma se resintió (se salvaba algún capítulo de
aquí y allí, pero el encanto inicial se había medio esfumado y los nuevos
personajes que iban llegando eran cada vez menos carismáticos). Eso sí, regresó
para dignificarla con un final que contentó a la inmensa mayoría de fans
(incluido servidor). Dawson crece en
realidad no inventó nada, pero reinventó el subgénero del culebrón juvenil.
Sólo por eso ya mereció un poquito de atención. ¡Y vaya si la tuvo!
Lo mejor: La primera temporada y el personaje de Michelle Williams.
Lo peor: Cómo fue mutando, durante las siguientes temporadas, en
otro culebrón al uso (bueno, más o menos).
Puntuación: 7/10.
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