sábado, 20 de febrero de 2016

Joy

Título original: Joy. Año: 2015. País: Estados Unidos. Género: Comedia, Drama. Director: David O. Russell. Guionistas: David O. Russell y Annie Mumolo. Intérpretes: Jennifer Lawrence, Robert De Niro, Édgar Ramírez, Bradley Cooper, Diane Ladd, Virginia Madsen, Isabella Rossellini, Dascha Polanco, Laura Wright, Susan Lucci.

Jennifer Lawrence (al igual que Robert De Niro o Bradley Cooper) se pone de nuevo a las órdenes de David O. Russell, quien ya la había dirigido en dos de sus anteriores películas: El lado bueno de las cosas (Silver Linings Playbook) y La gran estafa americana (American Hustle). Y no me extraña que actriz y director quieran repetir. Ya por la primera de sus colaboraciones la actriz de Los juegos del hambre (The Hunger Games) se hizo con un Oscar y él con sendas nominaciones (como director y como guionista), mientras que por la segunda ambos obtuvieron sus respectivas nominaciones (ella a mejor actriz y él a mejor director y mejor guión original) a tan prestigiosos galardones. Ahora, y por la cinta que nos ocupa, Lawrence vuelve a estar nominada y puede sumar a su lista de premios el Globo de Oro a mejor actriz de comedia y musical.


Sin embargo, la película de O. Russell, el nuevo niño mimado de Hollywood, no ha logrado hacerse con más nominaciones más allá de la obtenida por Lawrence. Y no me sorprende, ya que Joy es un trabajo muy menor. Servidor es de los que opinan que el director de Tres reyes (Three Kings) está bastante sobrevalorado y que en su filmografía lo que predominan son los trabajos menores. Pero eso es otra historia.


Joy, que es el nombre de nuestra protagonista (Lawrence, of course), tiene que lidiar con un ex que vive en su sótano (Édgar Ramírez), y con el que tiene una hija, con una madre (una Virginia Madsen a la que no se saca ningún partido) que se pasa el día encerrada en su habitación viendo culebrones y, sobre todo, con un padre déspota que no confía en ella (Robert De Niro). Pero Joy goza de una imaginación prodigiosa que la llevará a inventar una fregona “revolucionaria” con la que iniciará su propia revolución, valga la redundancia. Lástima que la historia no de más de sí y que los actores estén, en su mayoría, francamente desaprovechados (el único que parece estar bien definido es el de nuestra “heroína”; lo de algunos secundarios es de traca, aportan tan poco que casi hasta se podría prescindir de ellos). No me cuesta nada afirmar que estamos ante el más flojo de los trabajos del tándem O. Russell-Lawrence.

Lo mejor: Su reparto, por muy desaprovechado que esté.

Lo peor: La historia. Bastante tontorrona y carente de interés.

Puntuación: 5,5/10.

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