Título original: Riverdale. Años: 2017-2018 (Temporada 2 de Riverdale). País: Estados Unidos. Género:
Drama, Intriga. Creador: Roberto
Aguirre-Sacasa. Intérpretes: K.J.
Apa, Lili Reinhart, Camila Mendes, Cole Sprouse, Madelaine Petsch, Marisol
Nichols, Mädchen Amick, Luke Perry, Lochlyn Munro, Skeet Ulrich, Ashleigh
Murray, Mark Consuelos, Robin Givens, Casey Cott, Ross Butler, Sarah Habel,
Asha Bromfield, Hayley Law, Molly Ringwald.
Esta segunda
temporada de Riverdale continúa allí
donde lo dejó la anterior
(emitida originalmente unos cuantos meses antes). Es decir, con el misterio
sobre lo ocurrido con el hermano de Cheryl (Madelaine Petsch) resuelto y con una
nueva intriga (el de un encapuchado decidido a terminar con la vida de aquellos
a los que considera “pecadores”; el personaje, por cierto, es conocido como
“Capucha Negra”) recién comenzada (ya desde el desenlace de la primera
temporada). Uno de los nuevos fichajes es, por cierto, el de Mark Consuelos,
quien da vida al padre de Veronica (Camila Mendes, cuyo personaje ha ido
perdiendo interés, al menos para servidor, capítulo a capítulo; ¡y eso que al
principio era uno de mis favoritos!).
Así, la trama
principal se central en cómo nuestros protagonistas, en especial Betty (Lili
Reinhart, auténtica “robaescenas”, con permiso de Petsch, de ésta, y de la
siguiente, desde ya lo digo, tanda de capítulos), reconvertida en una suerte de
Nancy Drew, tratan de dar con la identidad de tan peligroso encapuchado para
evitar que siga asesinando. Las tramas secundarias, por su parte, nos muestran
las distintas relaciones amorosas que se establecen entre los distintos
personajes (tanto entre los más jóvenes como entre los más adultos). Una de las
grandes pegas que le pongo a esta segunda temporada: su duración. 22 capítulos
(lo habitual en series emitidas por canales clásicos o convencionales;
recordemos que Riverdale es emitida,
en Estados Unidos, por el canal, especializado en contenido juvenil, The CW) que se me hacen un poco cuesta
arriba. ¡Ojalá hubiesen mantenido los 13 capítulos de su temporada anterior!,
nos hubiesen evitado varios episodios de relleno (sí, haberlos haylos).
Y ahora pasemos del
exceso de capítulos a las comparaciones, porque ya desde un primer momento vi
similitudes entre esta Riverdale y
otra serie juvenil que jugaba con la intriga: Pequeñas
mentirosas (Pretty Little Liars). Pero entre ambas hay una gran
diferencia: mientras la serie protagonizada por Lucy Hale y compañía se
sustentaba a base de un gran misterio (rodeado por otros muchos, pero el
principal era averiguar quién o quiénes eran “A”, el personaje, o personajes,
que atormentaban a las protagonistas), en Riverdale
cada temporada cuenta con una intriga principal (rodeada de toda suerte de
relaciones sentimentales propias de cualquier teleserie juvenil). Lo bueno es
que así se evita esa terrible sensación de no avanzar (como pasaba a veces en
la susodicha Pequeñas mentirosas).
Lo malo es que la intriga de esta segunda temporada me resultó algo más tediosa
de lo esperado (y sé que me repito, pero esos nueve capítulos de diferencia con
respecto a la primera entrega hacen poco bien a la trama). Tampoco ayuda que de
entre los personajes principales sólo destaquen (muy por encima del resto) dos,
los interpretados por Reinhart y Petsch. ¡Y eso que inicialmente no estaban
entre mis predilectos! Spoiler: la
tercera temporada se parece más a ésta que a la primera (para desgracia de
servidor).
Lo mejor: El personaje de Lili
Reinhart, quien se reinventa como toda una auténtica investigadora/periodista.
Lo peor: Que la (segunda)
temporada se componga de 22 capítulos en lugar de 13 (como la primera). Haber
mantenido la duración de su temporada anterior hubiese ayudado a agilizar la
trama principal. También el muy fallido capítulo musical basado en Carrie.
Buffy,
cazavampiros (Buffy the Vampire Slayer) abrió la veda para los
capítulos musicales, pero es algo que no todas las series (más bien casi
ninguna) ha sabido trasladar con tino.
Puntuación: 6/10.
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