miércoles, 30 de septiembre de 2015

Miley Cyrus: Miley Cyrus & Her Dead Petz


“Sí, fumo marihuana / sí, amo la paz / pero me importa una mierda / no soy una hippie”. Así de rotunda se muestra la idolatrada ex-niña Disney en Dooo It!, el corte que abre su nuevo y sorprendente disco (atención especial merece su repulsivo/repetitivo vídeo). Sorprendente por haber salido casi de la nada (la propia cantante lo colgaba gratis en la red tras la gala de los MTV Video Music Awards en la que ejercía de presentadora) y por lo que tiene de rupturista (sí, es cierto que Bangerz, su anterior trabajo, rompía con su imagen de chica bien, pero es con éste con el que logra dilapidar definitivamente a la insufrible Hannah Montana).


Puede que no sea la más acertada de las comparaciones, sin embargo no puedo dejar de pensar que estamos ante la decisión más arriesgada y poco convencional que ha tomado una pop star desde que a principios de los noventa Madonna sorprendiera a propios y extraños (y dejara con la boca abierta a medio todo el mundo) publicando el tándem Erotica (disco)/Sex (libro). Salvando las distancias (que no son pocas), claro.


Sorprende (sí, es la palabra que más voy a usar) que Miley Cyrus & Her Dead Petz (el título alude, entre otros, a uno de sus tristemente fallecidos perros, a quien también dedica uno de los temas) se componga sobre todo de medios tiempos y baladas (¡viva!). No así la lista de colaboradores: varios miembros de The Flaming Lips (Cyrus y el líder de la banda se han vuelto inseparables, basta darse una vuelta por el epiléptico Instagram de la joven para darse cuenta), Ariel Pink... Y sí, no negaré que resulta un tanto engorroso adentrarse en un disco tan extenso (¡23 temas!) o que el tracklist peca de irregular (no ayuda que algunas de las letras, como las que lucen las melódicamente notables BB Talk y Milky Milky Milk, provoquen cierta vergüenza ajena). Experimental y un tanto psicodélico, Miley Cyrus & Her Dead Petz contiene temas tan destacables como la beatleniana Karen Don’t Be Sad, Space Boots, Lighter (alabada por todos, incluso por los que se han mostrado exageradamente críticos con el álbum; a mí me recuerda a algunas de las mejores baladas ochenteras de Doña Madonna) o 1 Sun. Deseo saber con qué nos sorprenderá (artísticamente hablando) Cyrus en el futuro. Tiene gracia, porque nunca pensé que diría algo así. Ya podrían aprender las Taylors, Selenas y Demis de turno.

Lo mejor: Que todavía haya quien tome riesgos artísticos de este calibre.

Lo peor: Algunas letras y la sensación de que no se ha realizado criba alguna (con once o doce de sus mejores temas estaríamos hablando, no me cabe la menor duda, de uno de los mejores discos del año).

Puntuación: 7/10.

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