jueves, 4 de mayo de 2017

El resplandor

Título original: The Shining. Año: 1980. País: Estados Unidos. Género: Terror. Director: Stanley Kubrick. Guionistas: Stanley Kubrick y Diane Johnson (adaptando la novela de Stephen King). Intérpretes: Jack Nicholson, Shelley Duvall, Danny Lloyd, Scatman Crothers, Barry Nelson, Lia Beldam, Philip Sotne, Joe Turkel, Barry Dennen.

Estaba claro: de la unión de dos talentos tan diferentes (casi opuestos en su manera de trabajar) como Stanley Kubrick (director metódico y perfeccionista hasta rozar lo enfermizo) y Stephen King (pródigo y exitoso escritor que, por distintos problemas, no pudo escribir el guión de esta adaptación de una novela suya) sólo podía surgir algo tan interesante como la película que nos ocupa. El resplandor es un trabajo de referencia (denostado durante su estreno: llegó a ser considerada la peor adaptación de una novela de King y obtuvo dos nominaciones a los “premios” Razzie, las correspondientes a peor director y peor actriz protagonista; es el mal endémico que sufren las películas de género, al menos la infinita mayoría de ellas: el ser consideradas producciones de segunda) lleno de momentos imperecederos.


La historia de esta cinta de terror psicológico trascurre en un hotel que, durante el invierno, y a consecuencia de las inclemencias del tiempo, permanece cerrado. Hasta dicho lugar se traslada Jack (Jack Nicholson), junto a su mujer (Shelley Duvall) e hijo (Danny Lloyd), con la intención de encargarse de su mantenimiento; aunque lo que realmente busca es tranquilidad para poder escribir una novela. Sin embargo, su carácter pronto se tornará huraño y violento, poniendo en peligro incluso la integridad de su propia familia.


Sorprende cómo Kubrick logra transformar situaciones teóricamente cotidianas (véase el genial uso del travelling mientras el niño se mueve, montado en su triciclo, por los intrincados pasillos del hotel) en inolvidables secuencias de terror y angustia. Pero también hay lugar para otro tipo de escenas más propias del género (la sangre que brota del ascensor, las apariciones fantasmales…) que, a pesar de resultar más efectistas que efectivas, cumplen con su cometido y, de paso, contentan a los fans del cine de terror más visual. Por otra parte destacan, en el apartado interpretativo, las actuaciones llevadas a cabo por Nicholson (quien se permite todo un acertado recital de histrionismos) y Duvall (principalmente durante el último acto). Señalar, como curiosidad (aunque a estas alturas es ya de dominio más que público), que esta última llegó a confesar que las exigencias del minucioso director por poco acaban con su integridad (física y mental). El resplandor es, y dejo ya los cotilleos a un lado, un trabajo casi redondo que, a día de hoy, sigue ocupando una posición destacada dentro (y fuera) del género.

Lo mejor: Jack Nicholson y algunas escenas memorables/míticas (Jack abriéndose paso a base de hachazos, persiguiendo a su hijo por el laberíntico jardín, las perturbadoras gemelas…).

Lo peor: El doblaje (Joaquín Hinojosa dobló al personaje de Nicholson, Verónica Forqué al de Duvall; todo ello supervisado por Carlos Saura y Vicente Molina Foix); resta intensidad y seriedad (y sí, ya sé que era el propio Kubrick quien elegía personalmente a los encargados de esas y otras tareas) a la historia.

Puntuación: 8/10.

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