Título original: Rear Window. Año: 1954. País: Estados Unidos. Género:
Intriga. Director: Alfred Hitchcock.
Guionista: John
Michael Hayes (adaptando un relato corto de Cornell Woolrich). Intérpretes:
James Stewart, Grace Kelly, Thelma Ritter, Raymond Burr, Judith Evelyn, Wendell
Corey.
Dos protagonistas
ganadores del Oscar, James Stewart, uno honorífico (en 1985) y otro (anterior,
claro) por Historias de Filadelfia (The
Philadelphia Story), y Grace Kelly, por La
angustia de vivir (The Country Girl), un guión certero (el trabajo de John Michael
Hayes fue recompensado con, entre otros reconocimientos, una nominación a los ya
mencionados premios de la academia) y prácticamente una única estancia (la casa
del personaje de Stewart), le valen a Hitchcock para dar cuerpo a uno de los
máximos exponentes del cine de espías.
La historia, por si
todavía (que no lo creo) hay algún despistado que no la conozca, gira alrededor
del personaje de James Stewart, quien interpreta a un fotógrafo convaleciente
(tiene una pierna escayolada) cuyo entretenimiento consiste en espiar a los
vecinos del edificio de enfrente. Pero pronto el humor cotidiano de las
vivencias ajenas (esos vecinos que duermen en la escalera de incendios, la
mujer que baja a su perrito a la calle con una cesta, la bailarina sexy rodeada
de tipos poco atractivos, los músicos y sus fiestas…) se torna terrorífico; tan
pronto como cree presenciar un asesinato. Grace Kelly, antes de metamorfosearse
en princesa de Mónaco y engendrar engendros, como su novia (y sin hacer de
mujer florero; incluso protagoniza una de las escenas más memorables: aquella
en la que su personaje se cuela en la casa del supuesto asesino en busca de
pruebas); Thelma Ritter, nominada al Oscar hasta en seis ocasiones, como su
enfermera; Wendell Corey, como su amigo detective; y Raymond Burr, más conocido
por sus personajes catódicos, (Ironside
y Perry Mason), como uno de sus
vecinos, completan el reparto.
Elegida, por el AFI (American Film Institute), como la tercera mejor película de suspense de todos los tiempos (en el ranking general, y según dicho organismo, ocupa el puesto número 48), La ventana indiscreta está considerada una de las obras cumbres de Alfred Hitchcock. Una voyeurística cinta que aúna la habilidad (con milimétrica precisión) del director para mantenernos en tensión con su muy recurrente (y socarrón) sentido del humor, el cual está presente incluso en una película tan decididamente seria como la que nos incumbe. Hay algún detalle que me chirría (¡esa puerta abierta para todo el mundo!; la pasividad del personaje de Burr); minucias que no lastran un trabajo cuasi perfecto; indispensable para comprender por qué Hitchcock está considerado el maestro del suspense.
Lo mejor: El guión y la puesta
en escena.
Lo peor: Que no obtuviese
ninguno de los Oscars a los que optaba (mejor director, mejor guión, mejor
fotografía en color y mejor sonido).
Puntuación: 8,5/10.
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