Título original: Twelve Monkeys.
Año: 1995. País: Estados Unidos. Género: Intriga, Ciencia-Ficción. Director: Terry Gilliam. Guionistas: Janet Peoples y David Peoples (adaptando,
muy a su manera, un mediometraje de Chris Marker). Intérpretes: Bruce Willis, Brad Pitt, Madeleine
Stowe, Christopher Plummer, Jon Seda, David Morse, Joseph Melito, Michael
Chance, Simon Jones, Vernon Campbell, Bob Adrian.
Año 2035. Un virus
desconocido ha liquidado a la inmensa mayoría de la población (tan sólo ha
sobrevivido el 1%) y los humanos se han visto obligados a malvivir bajo tierra.
Es por ello que los sabios del lugar deciden mandar, cual conejillo de indias
(y por propia voluntad), a James Cole (Bruce Willis, en un papel pensado
inicialmente para Jeff Bridges, con quien Gilliam ya había trabajado) al pasado
para que trate de evitar tan desastroso devenir.
Doce monos no es otra de tantas
películas de ciencia-ficción sobre viajes en el tiempo; el ingenio
inconfundible de Terry Gilliam (integrante de los Monty Python) obra el milagro.
Sus planos imposibles casan de maravilla con la locura generalizada que destila
la cinta, algo a lo que también ayudan, y mucho, las interpretaciones. Sobre
todo la llevada a cabo por un desatadísimo Brad Pitt, quien se libraba así (¡y
con honores!; se hizo con un Globo de Oro y obtuvo su primera nominación al
Oscar; todo ello en la categoría de mejor actor de reparto) de su imagen de nuevo
niño bonito (de esos cuyas fotos adornaban las carpetas de la muchachada) de
Hollywood. Completando el reparto (el cual, en su mayor parte, rebajó sus
honorarios para poder trabajar a las órdenes de Gilliam) nos encontramos con la
actriz Madeleine Stowe, quien recientemente participaba (a modo de guiño) en el
reboot televisivo (estrenado, en el
año 2015, por el canal SyFy;
sumándose así a la moda
de largometrajes que se pasan a la pequeña pantalla).
Servidor siente debilidad por el género (más aún si incluye, como es el caso, viajes en el tiempo y/o bizarradas varias) y por realizadores tan personales como el que se haya tras este experimento; tanta como para pasar por alto ciertas imperfecciones (la trama cuenta con algunas lagunas, el acto final baja ligeramente el nivel de lo visto con anterioridad…), que haberlas, haylas. Si te gustan las cintas de ciencia-ficción (sobre todo aquellas en las que prima el contenido por encima del continente) que presentan futuros post-apocalípticos, y que se salen de la norma (en este caso por sus estridencias y locas salidas de tono), ésta es (más aún si eres fan del trabajo de Gilliam, claro) definitivamente tu película.
Lo mejor: El guión. Puritito
delirio. Atención a su delirante desenlace.
Lo peor: Puede resultar un tanto
intensa.
Puntuación: 7/10.
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