Título original: North by Northwest. Año:
1959. País: Estados Unidos. Género: Intriga. Director: Alfred Hitchcock. Guionista: Ernest Lehman. Intérpretes: Cary Grant, Eva Marie Saint, James
Mason, Martin Landau, Leo G. Carroll, Philip Ober, Adam Williams, Edward Platt,
Josephine Hutchinson, Jessie Royce Landis, Robert Ellenstein.
¿Qué se puede decir
sobre una película tan popular y reconocida como Con la muerte en los talones? Nada que no se sepa ya. Es un clásico
(incontestable), uno de los trabajos más recordados de Hitchcock (es decir,
palabras mayores) y el American Film
Institute la situó como la séptima mejor película de suspense de la
historia. Recordemos que La ventana indiscreta (Rear Window), otra de las grandes obras del
director inglés, ostentó el puesto número 3 en dicha lista.
El reparto,
encabezado por un siempre carismático Cary Grant (en un papel anhelado por
James Stewart y para el que entró en liza el mismísimo Gregory Peck), quien da
vida a un aburrido (y altivo) publicista cuya vida corre peligro tras ser
confundido con un agente del gobierno, es tan certero como cabría esperar
teniendo en cuenta el reclamo que suponía Hitchcock. A Grant lo secundan Eva
Marie Saint (no podía faltar el contrapunto femenino y, claro, rubio), ganadora
del Oscar (en la categoría de mejor actriz de reparto) por La ley del silencio (On the Waterfront); James Mason, nominado
hasta en tres ocasiones, por Ha nacido
una estrella (A Star Is Born), La
soltera retozona (Georgy Girl) y Veredicto
final (The Verdict); y Martin Landau, inolvidable Bela Lugosi en Ed Wood, la también inolvidable
película de Tim Burton (y sí, trabajo por el que Landau se hizo con el Oscar a
mejor actor secundario). Dato: Con la
muerte en los talones obtuvo tres nominaciones a dichos premios: mejor
guión, montaje y dirección artística. Además, Hitchcock fue meritoriamente
premiado en el Festival de San Sebastián.
La trama (¡y eso
que está basada en hechos reales!; en la historia de un profesor que fue
secuestrado tras ser confundido con otra persona) puede parecer un tanto inverosímil
(véase, sin ir más lejos, la secuencia
que da lugar a la confusión que lo origina todo), sin embargo, el sentido del
humor que destila, y que se aprecia, por ejemplo, en la excéntrica e infantil
relación que mantiene Roger con su madre (Jessie Royce Landis, ¡tan sólo siete
años mayor que Grant!), o en escenas tan delirantes como la que ambos protagonizan
en un ascensor, logran que ello no suponga problema alguno para su disfrute. De
hecho, parte de su encanto radica ahí. Ahí, en algunas secuencias que forman
parte (por derecho propio) de la historia del séptimo arte y en un apartado
técnico (conviene resaltar la soberbia banda sonora creada por Bernard
Herrmann) e interpretativo (con un genial Cary Grant haciendo de héroe por
accidente y un James Mason como perfecto villano “bondiano”; en el lado opuesto
nos encontramos con Eva Marie Saint, una chica Hitchcock un tanto descafeinada)
de primer orden. Con la muerte en los
talones es el ejemplo perfecto de buen cine de entretenimiento con firma de
autor.
Lo mejor: La mitiquérrima escena
de la avioneta y el clímax final (una huida que tiene lugar en el mismísimo Monte
Rushmore; si bien, no se pudo rodar allí porque no obtuvieron permiso; como
tampoco lo lograron para poder filmar en la sede de la ONU).
Lo peor: Un sinfín de momentos
absurdos que, eso sí, se disfrutan de principio a fin.
Puntuación: 8,5/10.
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