Título
original: Hollywood. Años:
2020 (Temporada 1 de Hollywood).
País: Estados Unidos. Género: Drama, Comedia,
Romance. Creadores: Ryan Murphy y Ian Brennan. Intérpretes:
David
Corenswet, Darren Criss, Laura Harrier, Joe Mantello, Dylan
McDermott, Jake Picking, Jeremy Pope, Holland Taylor, Samara Weaving,
Jim Parsons, Patti LuPone, Maude Apatow, Mira Sorvino, Rob Reiner,
Michelle Krusiec, Queen Latifah.
Si
Érase una vez en... Hollywood
(Once Upon a Time in... Hollywood) era la particular carta de amor
(sic) de Tarantino al séptimo arte, Hollywood
es la del prolífico, y catódico, Ryan Murphy. Ambas también tienen
en común otra cosa: sus creadores reinventan la historia a su gusto.
Así, si Tarantino decidía dar un giro a la historia de Sharon Tate
(interpretada en la película por Margot Robbie), Murphy hace lo
propio con la época dorada de Hollywood, llevándola a unos terrenos
infinitamente más inclusivos.
Con un
tono optimista, buenrollista e incluso redentor, Hollywood
nos presenta a un grupo de personajes que sueñan con triunfar allí.
Así, tenemos a un joven a punto de ser padre (David Corenswet,
protagonista absoluto del primer capítulo; primer capítulo que no
hace justicia a la serie y que casi me lleva a abandonarla
prematuramente) y que acaba trabajando como prostituto (para el
personaje de Dylan McDermott, actor habitual en las producciones
televisivas del creador de American
Horror Story), lo que
le llevará a conocer a distintos contactos (Hollywood
viene a decirnos, ¡oh, sorpresa!, que es más fácil triunfar a base
de golpes de cadera; eso sí, sin sordidez; con una sonrisa siempre
en la cara...), un escritor negro (Jeremy Pope), enamorado de un
apuesto Rock Hudson (Jake Picking) que quiere ser actor, y una actriz
negra (Laura Harrier) hastiada de que sólo le ofrezcan papeles de
criada, que es pareja de un prometedor director de cine (Darren
Criss, a quien Murphy a tenido a bien recuperar nuevamente).
Las
intenciones de Murphy y compañía son buenas, no me cabe duda, pero
esta Hollywood,
nacida como miniserie aunque ya se rumoree que podría tener una
segunda temporada, me chirría un poquito. Me chirría cómo mezcla
realidad (distorsionando personajes como, sin ir más lejos, el de
Rock Hudson) y ficción (siento que ello le resta credibilidad;
hubiese preferido una historia 100% ficticia); me chirría que los
personajes sean meras comparsas (están huecos; no se han esforzados
en darles personalidad o un mínimo de entidad; pero, ¡si hasta hay
tenemos a familiares a los que da igual el haber compartido amante!)
al servicio de la historia que se quiere contar; mi chirría el nulo
carisma de parte del reparto (¡hola, Corenswet!); me chirría lo
caricaturesco de algunos personajes (con el de Parsons a la cabeza;
¿por qué está Mr. Bean tan malhumorado, manipulador y salido?); mi
chirría cierta condescendencia (vale, sí, se supone que estamos
ante un cuento con moralina y mensaje feliz; lo entiendo; me hago
cargo). Sí, la ambientación es buena (decorados y vestuarios nos
retrotraen a tan glamurosa época) y las ganas de recrear un momento
de la historia (del séptimo arte), dotándola de unos avances
sociales inusitados, muy loable. Hollywood
destaca más por sus (buenos) propósitos que por sus (simplemente
correctos y con muchos peros) resultados.
Lo mejor: Se nota
que está realizada con cariño y por eso le perdono muchas
(¿demasiadas?) cosas.
Lo peor: Un primer
capítulo que casi logró que me apeara. Tampoco me gusta esa mezcla
de personajes reales y ficticios para una historia que se decanta por
lo segundo y, para finalizar (tampoco querría ser demasiado duro con
ella), lo desaprovechada que está Mira Sorvino (aunque agradezco la
recuperación), tener a David Corenswet de protagonista o lo que me
irrita y descoloca Jim Parsons (personaje e interpretación).
Puntuación:
6/10.
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