Título
original: Riverdale. Años:
2019-2020 (Temporada 4 de Riverdale). País: Estados
Unidos. Género: Drama, Intriga. Creador: Roberto
Aguirre-Sacasa. Intérpretes: K.J.
Apa, Lili Reinhart, Camila Mendes, Cole Sprouse, Madelaine Petsch,
Marisol Nichols, Mädchen Amick, Skeet Ulrich, Mark Consuelos, Casey
Cott, Ross Butler, Sarah Habel, Asha Bromfield, Vanessa Morgan,
Charles Melton, Kerr Smith, Molly Ringwald, Lucy Hale, Shannen
Doherty.
Durante la tercera
temporada de esta popular producción juvenil, heredera
directa de Pequeñas
mentirosas (Pretty Little Liars), moría,
tras sufrir un derrame cerebral, el otrora ídolo juvenil, y
protagonista de la mitiquérrima Sensación
de vivir (Beverly Hills, 90210), Luke
Perry, actor que aquí interpretaba al muy comprensivo padre de
Archie (K.J. Apa), nuestro soso líder. Entonces, y con la serie
sumergida en mitad de su imposible trama (nos tenía tratando de
descubrir la identidad del Rey Gárgola, líder de un macabro juego
de rol conocido como Grifos y Gárgolas), no parecía el
momento adecuado para rendirle homenaje, (al menos no el que su
figura merecía y que también obtuvo, por cierto, en la reciente, y
francamente recomendable, BH90210)
cosa que se dejó para el inicio de esta cuarta entrega y para la que
se contó con una invitada muy especial: Shannen Doherty, quien junto
al actor dio cuerpo a una de las parejas más icónicas de la
televisión de los 90.
La participación de
Doherty es anecdótica pero crucial (y sincera, muy sincera; la
actriz confesaba haber pedido permiso a los hijos de Perry y sentirse
francamente honrada por la proposición; también se dio a conocer
que Perry quiso, desde el capítulo
uno, que la actriz participara en Riverdale). Así,
dicho capítulo se convierte no sólo en un homenaje al actor, sino
también a su personaje; ambos salen más que laureados y el mismo se
destapa como uno de los mejores (por cómo está escrito, cosa de la
que no siempre puede presumir la serie de Aguirre-Sacasa, y por el
respeto mostrado por todos los implicados en general y por Doherty en
particular). Tras él vuelve la "normalidad" al pueblo de
Riverdale. Es un decir, claro, ya que las dos tramas principales de
esta cuarta temporada tienen como protagonistas a un instituto
(repleto de oscuros secretos, claro), al que llega Jughead (Cole
Sprouse) tratando de buscar su hueco como escritor, y a unas
misteriosas cintas que van llegando, poco a poco, a distintos
habitantes del pueblo, respectivamente. La segunda es la que se
mantiene a lo largo de toda esta temporada; temporada que ha visto
mermada su cantidad de capítulos por culpa del Coronavirus, algo que
han sufrido otras muchas producciones, como, por ejemplo y sin ir muy
lejos, la decimosexta de Anatomía de Grey (Grey's Anatomy). Ambas tramas mantienen el
tipo. No tan bien como lo hizo la de su
primera temporada; a la altura de la vista durante
la segunda; algo mejor que la sufrida en la anterior.
Entre medias tenemos
algún amago de cambio de parejas (sic), luchas empresariales entre
Veronica (Camila Mendes) y su mafioso progenitor (Mark Cosuelos) o a
Archie recuperando su faceta más musical (olvidada y olvidable),
También tenemos el correspondiente, y desastroso, continuando con la
tradición, episodio musical, que en esta ocasión se centra en
Hedwig
and the Angry Inch (del "dedicado" al cineasta David Lynch, y que obviamente no logra, ni
de lejos, plasmar ese aire malsano que puebla buena parte del trabajo
de éste, mejor ni hablamos). Y con Chad Michael Murray (One Tree
Hill) fuera de los focos, le toca (el turno de aparecer) a otro
actor popular gracias a una serie juvenil del pasado: Kerr Smith, de
Dawson
crece (Dawson's Creek), quien
llega para dar vida al director del instituto en el que estudian (o
eso se supone) nuestros protagonistas. Además, no nos olvidemos del
ultimo capítulo (el 19; sí, como dije antes, la temporada ha sido
algo más corta), homenaje a la fallida primera película como
director de Kevin Williamson (creador de la ya mencionada Dawson
crece y guionista de slashers tan populares como Scream):
Secuestrando a la Srta.
Tingle (Teaching Mrs.
Tingle), en la que tenía un papelito Molly Ringwald, quien aquí
interpreta a la madre de Archie y que protagoniza, en esta tanda de
capítulos, una inesperada salida del armario. Una salida del armario
tan descafeinada como todo lo que rodea a esta última entrega que,
eso sí, levanta un tanto el vuelo tras una anterior (incluso)
bastante más dubitativa. Sólo espero que cambie la tónica (ha
caído en una extraña rutina de intriga rocambolescamente imposible
por temporada) cuando regrese (la idea es que la acción se adelante
varios años). Riverdale
es lo que es: un culebrón juvenil en el que prima el misterio y que,
a diferencia de otras serie juveniles que juegan con ingredientes
similares, como Por
trece razones (13
Reasons Why), serie que fue de más a menos (la primera temporada
tenía un pase; las demás son un desastre mayúsculo), no se toma en
serio (¡menos mal!; ¡sólo faltaba!) a sí misma. ¡Ojo!, tampoco
es que estemos ante una comedia negra estilo Heathers,
la serie (aquí
mi crítica a su primer capítulo; aquí
la correspondiente a su primera temporada). Una pena que esta tercera
entrega nos obsequie con más de lo mismo y con más bien poca
evolución.
Lo mejor: Un
primer capítulo excelente; necesario y emotivo.
Lo peor: La nula
evolución de personajes (veremos qué nos depara una quinta
temporada que promete un salto en el tiempo) o unas intrigas
principales no lo suficientemente atrayentes/impactantes.
Puntuación: 6/10.
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