Título
original: The Heart Is Deceitful About
All Things. Año: 2004. País: Estados Unidos.
Género: Drama. Directora:
Asia Argento. Guionistas: Asia
Argento y Alessandro Magania (adaptando una historia de J.T. LeRoy).
Intérpretes:
Asia Argento, Jimmy Bennett, Cole Sprouse, Dylan Sprouse, Peter
Fonda, Jeremy Sisto, Winona Ryder, Michael Pitt, Marilyn Manson,
Ornella Muti, Kip Pardue, Jeremy Renner.
La vida de Jeremiah
(interpretado por Jimmy Bennett, quien, nota amarillista, años
después acusaría a Argento de abuso, caso que se resolvió sin
llegar a juicio y tras el cual sería la propia Argento la que
acabaría acusándolo a él, en su etapa infantil y por Dylan y Cole
Sprouse con más edad) cambia radicalmente cuando Sarah (Asia
Argento), su verdadera madre, consigue su custodia. Sarah, nacida en
una familia de estricta moral católica, sufre bruscos cambios de
humor aumentados por el abuso de sustancias tóxicas. Para colmo de
males, su errática vida la lleva a, entre otras cosas, ejercer la
prostitución. Pronto arrastrará al inocente Jeremiah a una espiral
de drogas, sexo e inmundicia...
Asia Argento (hija del famoso
director, dato de sobras conocido a estas alturas) ejerce de
directora, guionista (adaptando junto a Alessandro Magania un relato
de J.T. LeRoy) y protagonista con irregulares resultados en todos los
campos. Como guionista y directora, por ejemplo, nos muestra a unos
personajes extremos a los que fuerza deliberadamente, convirtiéndolos
en meras caricaturas desdibujadas. Lo peor es su afán por forzar los
actos y situaciones de manera burda, algo que resulta especialmente
evidente/doloroso en los personajes más secundarios (¿qué verían
todos esos nombres famosos para aceptar participar en esta película?;
¿será que son amigos/conocidos de Argento?), los cuales pasan sin
pena ni gloria por la historia, ejerciendo de meras comparsas al
servicio de Sarah y Jeremiah. Y, claro, dichos problemas de guión se
trasladan a su trabajo como actriz, ya que su personaje, una mujer
repulsiva y manipuladora, peca de unidimensional.
A pesar de todo, su interpretación no es terrible, como tampoco lo son las llevadas a cabo por los niños que dan vida a Jeremiah (sobre todo si tenemos en cuenta el complicado papel al que se enfrentaban). Al final, uno acaba exhausto tras tanto sufrimiento y decadencia postiza que no nos lleva a ninguna parte (Argento se muestra más interesada en dar con la más morbosa de las escenas que con indagar en la psique de sus personajes). Y eso es con lo que tristemente me quedo tras ver la sufrida El corazón es mentiroso.
Lo mejor: La
breve participación de distintos rostros populares.
Lo peor: Quien
mucho abarca poco aprieta. Es lo que le pasa aquí a Argento.
Puntuación: 3/10.
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