Título
original: Giant. Año:
1956. País: Estados Unidos. Género:
Drama. Director:
George Stevens. Guionistas: Ivan
Moffat y Fred Guiol (adaptando la novela de Edna Ferber).
Intérpretes:
Rock Hudson, Elizabeth Taylor, James Dean, Carroll Baker, Jane
Withers, Chill Wills, Mercedes McCambridge, Sal Mineo, Dennis Hopper,
Rod Taylor, Judith Evelyn, Paul Fix, Earl Holliman, Robert Nichols.
Ambiciosa superproducción
basada en la novela de Edna Ferber y que narra la vida de Jordan
Benedict Jr. (Rock Hudson), un adinerado sureño, a partir de su
encuentro con la terca y obstinada (pero de gran corazón) Leslie
(Elizabeth Taylor). Aunque su relación no comienza con buen pie,
pronto se casan y ella se va a vivir junto a su recién estrenado
marido a los terrenos que éste posee. Terrenos que dirige con mano
firme junto a la inestimable ayuda de su arisca hermana, Luz
(Mercedes McCambridge). Una vez allí, Leslie se dará cuenta de la
grandeza del lugar y de las miserias de la clase obrera, a la vez que
hará amistad con el extravagante Jett (James Dean), un tipo que
trabaja para los Benedict y por quien Luz procesa un cariño
especial, por mucho que no sea del agrado de Jordan.
Stevens
recrea con soltura tan compleja historia, la cual abarca buena parte
de la vida de los protagonistas. Si bien, lo cierto es que para ello
necesita más de tres horas, lo que, lógicamente, hace que el relato
se resienta, por muy interesante que sea, que sin duda lo es. Aún y
con todo, la historia intenta acaparar tanto que, a pesar de la
duración (el mayor problema al que se enfrenta la película), nos
deja con la sensación de que existen lagunas en algunos de sus
pasajes por la precipitación con que se suceden los
acontecimientos.
La película cuenta con un magnífico plantel de actores. Destacan, claro, su popular trío protagonista: Rock Hudson encarna a la perfección al rudo y algo osco cabeza de familia y propietario del lugar, mientras que el aura de inconformismo (y malditismo) de James Dean casa perfectamente con su autodestructivo personaje y Elizabeth Taylor, por su parte, tiene a su cargo uno de los papeles más agradables y agradecidos de la función, realizando una espléndida interpretación que fue injustamente olvidada en las nominaciones a los Oscar. Igual de injusta y flagrante fue la casi nula repercusión que obtuvo Gigante en dichos premios: de diez nominaciones que acumuló sólo fue recompensada con un premio, el de mejor dirección. Algo ilógico, sobre todo teniendo en cuenta que al estupendo trabajo de sus intérpretes habría que sumar su buen acabado técnico. Puede que Gigante no sea una película redonda, pero sí un gran trabajo y una historia emotiva y llena de valores.
Lo mejor: Su
trío protagonista. También que guste de tocar temas sociales o que
cuente con escenas memorables, como, por ejemplo, aquella en la que
Jett termina bañado en petróleo.
Lo peor: No
es algo terriblemente malo, pero diré que su duración.
Puntuación: 8,5/10.
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