Título
original: If
Looks Could Kill. Año:
1991. País:
Estados Unidos. Género:
Aventuras, Acción, Comedia. Director:
William Dear. Guionista:
Darren Star (adaptando una historia de Fred Dekker). Intérpretes:
Richard Grieco, Linda Hunt, Roger Rees, Gabrielle Anwar, Robin
Bartlett, Geraldine James, Michael Siberry, Carole Davis.
Agente
juvenil parecía ser el vehículo
estelar directo al estrellato para Richard Grieco, quien se había
convertido en un rostro popular gracias a una serie de televisión de
la que sí saldría una gran estrella de Hollywood, Johnny Depp:
Jóvenes policías
(21 Jump Street), en la que un grupo de jóvenes agentes se dedicaban
a investigar delitos juveniles (sí, todo muy juvenil). Spoiler: no
fue así; Grieco no pasó de estrella televisiva a gran estrella
Hollywoodiense.
Y es
que el personaje de Grieco en Jóvenes
policías se hizo tan popular que
obtuvo su propia serie, Booker, el
detective (Booker); serie que sólo se
mantuvo en antena una temporda. Tras ella llegaría la película que
nos ocupa, en la que interpretaba a un joven estudiante que es
confundido con un espía que se llama exactamente igual que él. Como
curiosidad señalar que en esta Agente
juvenil participó Gabrielle Anwar,
quien un año después estrenaría Esencia
de mujer (Scent of a Woman), película
por la que Al Pacino ganaría el Oscar, o que la misma fue escrita
por Darren Star, creador de series como Sensación
de vivir (Beverly Hills,
90210), Melrose Place,
Sexo en Nueva York
(Sex and the City) o Emily en París
(Emily
in Paris). Star tuvo que reescribir
la historia de Fred Dekker cuando se cambio al actor protagonista: de
Anthony Michael Hall, uno de los integrantes del brat
pack, a Richard Grieco.
Concebida
como una suerte de versión juvenil (y en tono decididamente cómico)
de Misión imposible
(Mission: Impossible) o las películas de James Bond, Agente
juvenil intenta funcionar como
divertimento teen
al servicio de un Grieco que ya había llamado la atención del
público con papeles televisivos similares. Predecible, alocada
(imposible tomársela en serio; aunque ello es algo que no debería
ser necesario señalar, ¿verdad?) y con un protagonista chulesco
(para mal), Agente juvenil
fue masacrada por la crítica (¡menuda sorpresa!... emmm... ¡no!) y
no terminó de conectar con el público. Y es sencillo entender el
por qué: bien podría pasar por una de esas series chuscas que
mezclan comedia y acción; bien podría ser visto como otro
subproducto al servicio de un rostro popular efímero (realmente fue
eso) y destinado al mercado doméstico (quizá debió haberlo sido:
uno de tantos estrenos directos a vídeo de la época; es más, no
hubiese desentonado nada de nada en las estanterias de los videoclubs
de la época, ya que ese pareciera realmente su sitio y no tanto las
salas de cine). ¡Enorme Linda Hunt!, por cierto.
Lo
mejor: Es
un divertimento juvenil que mezcla géneros sin pudor y con
posibilidades de funcionar durante cualquier aburrida tarde de fin de
semana.
Linda Hunt.
Lo
peor: Es
lo que es, un subproducto tontorrón, a ratos infumable, a ratos
entrañable (por su falta de pretensiones y su tono caricaturesco), y
con un actor principal cómodo en el papel (un papel a veces
repelente, por graciosillo a la par que insufrible, todo sea dicho de
paso).
Puntuación:
4/10.
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