Título original: Boys Don’t Cry. Año: 1999. País: Estados
Unidos. Género: Drama. Directora: Kimberly Peirce. Guionistas: Kimberly
Peirce y Andy Bienen. Intérpretes: Hilary
Swank, Chlöe Sevigny, Brendan Sexton III, Peter Sarsgaard, Alicia Goranson,
Alison Folland, Rob Campbell, Matt McGrath, Jeanetta Arnette.
Hilary Swank ganó su primer (y
merecidísimo) Oscar por esta película, en la cual encarna a un joven muchacho
preso en el cuerpo de una mujer. Basada en una historia real, Boys Don’t Cry es un crudo drama que
habla sobre la identidad y la aceptación (de uno mismo y de los demás),
realizando un feroz retrato de la intransigencia y del miedo a lo diferente.
La película nos introduce, de la
mano de Swank y Sevigny (ambas excelentes y entregadas por completo a sus
personajes), en un mundo marginal, de delincuencia, violencia y confusión
sexual. Aunque la película es también (o, sobre todo) una atípica, pero no por
ello menos eficaz, bella y conmovedora, historia de amor. La que nace entre nuestras
dos protagonistas.
No. Boys Don’t Cry no es otra
película de denuncia social. Se aleja de ello gracias a la puesta en escena de
Peirce, quien consigue que nos involucremos sobremanera en las desdichas del
personaje de Swank sin necesidad de caer en tópicos o en vacuos
sentimentalismos. Es decir, lo hace sin dulcificar un relato que se presenta
doloroso y que no puede (ni debe) mostrarse de otra manera. Mención especial
merece su potente clímax final, un tour
de force tan asfixiante como desalentador. En definitiva, estamos ante una
película dura de necesidad que debería servir para remover conciencias.
Lo mejor: Swank, la historia y su abrupto desenlace.
Lo peor: Que en algunos momentos pueda resultar un tanto fría.
Puntuación: 8/10.
No hay comentarios:
Publicar un comentario