lunes, 19 de junio de 2017

En tierra hostil

Título original: The Hurt Locker. Año: 2008. País: Estados Unidos. Género: Bélico. Directora: Kathryn Bigelow. Guionista: Mark Boal. Intérpretes: Jeremy Renner, Anthony Mackie, Brian Gerarghty, Guy Pearce, Ralph Fiennes, David Morse, Evangeline Lilly, Christian Camargo.

Kathryn Bigelow pasará a la historia por ser la primera directora en alzarse con el Oscar (y con el Bafta y el Directors Guild of America) en dicha categoría (En tierra hostil se llevó a casa otras cinco estatuillas: mejor película, guión original, montaje, sonido y efectos sonoros); y, si bien su película no es redonda, lo cierto es que tiene los suficientes valores como para no ser otra tópica cinta bélica más. Además, la intensidad y realismo con que Bigelow filma las escenas de acción termina siendo determinante para su buen acabado, situándose entre lo mejor de la misma con diferencia. 


El argumento es bastante sencillo: William James (Jeremy Renner, Ojo de Halcón en las superheroicas aventuras para la gran pantalla de la compañía comiquera Marvel) es llamado para liderar un comando destinado en Irak y especializado en la desactivación de explosivos. Una vez allí, su carácter independiente y su arriesgada (más bien inconsciente) forma de actuar hará que choque (más pronto que tarde) con sus compañeros. Así pues, y hablando de los personajes principales, cabría señalar que el trabajo de los actores es más que correcto, pero el carisma de Renner termina por eclipsar al resto del reparto, quedando éstos relegados a un segundo plano. Y ello a pesar de que la relación amor-odio (mejor dicho, amistad-odio) que se establece entre ellos forma parte importante dentro de la trama, siendo además uno de los más destacados puntos de interés de la película. Del mismo modo lo es la que se establece entre el protagonista y Beckham (Christopher Sayegh), un niño que vende películas de manera ilegal. Anthony Mackie (Falcon en el UCM, aka Universo cinematográfico de Marvel), Guy Pearce (L.A. Confidential, Memento), Evangeline Lill (Ant-Man) o Ralph Fiennes, nominado al Oscar por La lista de Schindler (Schindler’s List) y El paciente inglés (The English Patient), son algunos de los nombres que completan el reparto.


Uno de los grandes aciertos del guión (su gran baluarte, con permiso de Bigelow) reside en su astucia a la hora de distanciarse del tema central, sin involucrarse en la legitimidad de los actos cometidos por sus personajes y, lo que es más importante, sin ser un canto patriótico o antibelicista; es decir, sin tratar de remover conciencias de manera partidista, algo difícil (aunque muchas veces válido y hasta necesario) de encontrar en el género. Eso sí, como punto negativo indicar que a la película le sobran unos quince minutos, los cuales no ayudan a restar pesadez a una narración algo anquilosada durante el último tramo.

Lo mejor: Cómo la directora enfoca algunos de los momentos clave (véase la escena que tiene lugar en un supermercado o aquella otra en la que nuestro protagonista intenta retirar una bomba atada al cuerpo de un civil inocente).

Lo peor: Los personajes secundarios. Intrascendentes (más allá de servir como contrapunto a nuestro protagonista y a sus acciones) en su inmensa mayoría.

Puntuación: 7/10.

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