Título original: Jarhead. Año:
2005. País: Estados Unidos. Género: Bélico, Comedia Negra. Director:
Sam Mendes. Guionista: William
Broyles Jr. (adaptando la novela de Anthony Swofford). Intérpretes:
Jake Gyllenhaal, Jamie Foxx, Peter Sarsgaard, Chris Cooper, Lucas Black, Brian
Gerarghty, Evan Jones, Brianne Davis, Jacob Vargas.
Existen películas
clave dentro del género bélico, desde Apocalypse
Now hasta Salvar al soldado Ryan
(Saving Private Ryan), pasando por Platoon
o La
chaqueta metálica (Full Metal Jacket), pero lo que diferencia a la
película de Mendes (American Beauty)
de esas (y otras) es que dentro de su tono dramático general, y su clara
crítica, me atrevería a denominarlo como cine bélico de humor negro. ¡Toda una
rareza! De todas maneras, se podría criticar a Mendes su evidente
posicionamiento, más que nada (o sólo) por su obviedad (véase la escena en el
cine improvisado y los alaridos de los allí presentes ante las imágenes que
desfilan por pantalla).
La historia se centra en Anthony Swofford (Jake Gyllenhaal, en un papel para el
que se barajaron los nombres de Leonardo DiCaprio, Tobey Maguire, Josh Hartnett
o Emile Hirsch) y en un grupo de reclutas (entre ellos Peter Sarsgaard, futuro
marido de la hermana de Jake, la también actriz Maggie Gyllenhaal) durante la
guerra del Golfo, así como en la amistad (muy buena química entre Gyllenhaal y
Sarsgaard), enfrentamientos y vínculos varios que se crean entre ellos. Aunque
pueda parecer poco novedosa, la película se beneficia del buen oficio de Mendes
tras las cámaras, del montaje (ver la excelente escena de presentación del
protagonista con puertas que se abren y cierran para dar paso a cada nueva
escena; magistral), de la eficacia de Gyllenhaal (y el entusiasmo mostrado por la
inmensa mayoría de intérpretes involucrados) para encabezar el reparto y de una
fotografía poderosa que saca el mejor partido posible a tan áridos escenarios.
Otro de los grandes logros de la película lo hallamos en su astucia para mantener el interés (a pesar de que a veces parezca que no ocurre gran cosa o que no cuenta nada nuevo); y lo logra tanto en las escenas más puramente bélicas, bien sea mostrando los entrenamientos o con el pelotón ya en pleno desierto, como en las decididamente jocosas o histriónicas, por ejemplo durante la celebración de una fiesta por Navidad o cuando nuestros protagonistas son obligados a jugar al fútbol con sus máscaras de gas (con Mendes retratándolo estupendamente desde el interior de dichas máscaras; ¡gracias, Carpenter!). Y sí, también incluye su ración de momentos desagradables (me viene a la cabeza uno que tiene como epicentro varios cadáveres calcinados) y sentimentales (acumulados mayoritariamente durante su último acto). Aquellas personas no demasiado aficionadas al género podrán encontrar en Jarhead las suficientes virtudes como para adentrarse en ella; por contra, aquellos que gusten de un tipo de cine más clásico podrían sentirse ligeramente decepcionados. Me temo que no formará parte de ese selecto grupo de cintas que nombraba al principio, pero tampoco será una película que provoque indiferencia. Atención a la inclusión en su banda sonora de varios éxitos de Nirvana, Kanye West, The Doors o T-Rex.
Lo mejor: Su tono y su
protagonista.
Lo peor: Va perdiendo (un poco
de) fuelle (y mala leche) conforme avanza.
Puntuación: 6,5/10.
No hay comentarios:
Publicar un comentario