Título original: American Horror
Story: Apocalypse. Año: 2018. País: Estados Unidos. Género: Intriga, Terror,
Ciencia-Ficción. Director: Bradley
Buecker. Guionistas: Ryan Murphy y
Brad Falchuk. Intérpretes: Sarah Paulson, Evan Peters, Kathy Bates, Leslie
Grossman, Kyle Allen, Ash Santos, Billie Lourd, Adina Porter, Jeffrey
Bowyer-Chapman, Chad James Buchanan, Billy Eichner, Dina Meyer, Travis
Schuldt, Cody Fern.
American
Horror Story, la antología creada por Ryan Murphy
(American
Crime Story) y Brad Falchuck (colaborador habitual de éste), nos ha
ofrecido temporadas memorables (Asylum,
la segunda), correctas (o más que correctas; la inmensa mayoría), regulares (Freak
Show, la cuarta, por ejemplo) y otras un tanto más mediocres (Hotel,
la quinta, es, de lejos, la que menos me ha gustado). Lo que no cambia son las
ansias con las que esperamos cada nueva entrega (por mucho que me quejara el
año pasado de la falta de hype con
respecto al estreno de Cult,
séptima temporada). La que nos ocupa, además, despierta (o debería) más
expectación al tratarse de un crossover
entre la primera (Murder House; es
decir, la de la casa encantada) y la tercera (Coven; la de las brujas) temporada (si bien, y al menos de momento,
no sabemos cómo encajaran los personajes de ambas en Apocalypse; el tono es, además, bastante distinto al visto en dichas
temporadas). También porque contará con el (en teoría breve; ¿un único capítulo?)
retorno de Jessica Lange, alma máter de la serie durante sus cuatro primeras
entregas.
Hablemos un poco de
la trama. De cómo el fin del mundo es inminente y sólo unos pocos privilegiados
van a poder salvarse. Una pija heredera, Coco (Leslie Grossman), es una de esas
“afortunadas”. También su ayudante (Billie Lourd), su estilista (Evan Peters) y
la abuela de éste, Evie (una felizmente recuperada Joan Collins), una especie
de ex–estrella de Hollywood. Estos tres últimos ocupando el lugar
correspondiente a los familiares de Coco, quienes no gozaron del tiempo
suficiente para poder sobrevivir. Todos ellos terminan en un lugar misterioso gobernado
con puño de hierro por Wilhemina Venable (Sarah Paulson) y por la mano derecha
de ésta (Kathy Bates). A dicho lugar también llegan dos jóvenes, Timothy (Kyle
Allen) y Emily (Ash Santos), elegidos por su excepcional genética. ¿El
problema?, ya no sólo que en dicho edificio se asignen roles de elegidos (conocidos
como “púrpuras”) y criados (conocidos como “grises”), o que haya varias normas
que no se han de quebrantar bajo ningún concepto (no salir al exterior o no
mantener relaciones sexuales, por ejemplo), sino también que la comida es
escasa. Tan escasa que sólo durará 18 meses. 18 meses que se cumplen al final
de este primer capítulo, al mismo tiempo que otro misterioso (sí, todo es, al
menos de momento, de lo más misterioso) personaje, Michael Langdon (Cody Fern),
hace acto de presencia…
Apocalypse se presenta mostrando
más preguntas que respuestas, algo habitual en American Horror Story. Sin embargo, esta primera toma de contacto
me ha gustado más que las ofrecidas por las últimas temporadas, lo cual es, sin
lugar a dudas, algo muy positivo. Como también lo es tener de vuelta a Bates y
Paulson o, sobre todo, reunir para la causa a rostros nuevos (como los de Allen
y Santos) con otros más veteranos, infrautilizados o directamente desaparecidos
(como Collins, claro). Los primeros minutos son, además, tremendamente impactantes.
La suma de todo ello hace que mi interés esté a niveles de 2013 (es decir, a
cuando se estrenó Coven). Sí, Apocalypse tiene desde ya toda mi
atención. Ahora sólo queda ver qué sorpresas nos depara la trama y cómo van introduciendo
a todos esos personajes de las ya mencionadas Coven y Murder House.
Ansioso me hallo.
Lo mejor: La introducción.
Lo peor: El desconocer hacia
dónde van a ir los tiros. Este primer capítulo no nos da, como suele habitual,
demasiadas pistas. Recordemos además que American
Horror Story es famosa por esos giros argumentales tan retorcidos (a los de
Roanoke,
la sexta temporada, me remito). Pero, centrándonos ya en lo visto en este
capítulo, lo que menos me ha gustado es esa escena en la que nuestros
protagonistas acaban comiéndose a uno de sus compañeros (por mucho que el
personaje de Paulson insista en que es pollo).
Puntuación: 7/10.
No hay comentarios:
Publicar un comentario