Título original: Southland Tales.
Año: 2006. País: Estados Unidos. Género:
Intriga, Ciencia-Ficción. Director: Richard Kelly. Guionista: Richard Kelly. Intérpretes:
Dwayne Johnson, Sarah Michelle Gellar, Seann William Scott, Mandy Moore, Justin
Timberlake, Christopher Lambert, Miranda Richardson, Kevin Smith, Janeane
Garofalo, Bai Ling, Nora Dunn, Jon Lovitz, Lou Taylor Pucci, John Larroquette, Amy
Poehler, Jill Ritchie, Will Sasso, Zelda Rubinstein, Curtis Armstrong.
Año 2008, la Tercera
Guerra Mundial ha comenzado, existe una alternativa al cada vez menos
distribuido petróleo y, en medio de todo ello, el partido Republicano ansía con
todas sus fuerzas seguir en el poder (en el que se haya instalado con un
control férreo de la población). Pero en la sombra se encuentra el partido Neo
Marxista, quienes tienen varios frentes abiertos contra los Republicanos. La
acción de Southland Tales se centra
en varios personajes. A saber: Boxer Santaros (Dwayne Johnson), antigua
estrella del cine de acción, y anexado al partido Republicano, que reaparece en
medio del desierto con amnesia; Krysta Kapowski, también conocida como Krysta
Now (Sarah Michelle Gellar), estrella del porno, afín a los Neo Marxistas y con
un imperio que incluye música, perfumes, ropa e incluso un programa televisivo;
y Taverner (Seann William Scott), quien, aunque lo desconozca, se presenta como
pieza clave en medio de todo este caos…
Donnie
Darko, ópera prima de Kelly es una de mis películas preferidas, razón
por la que esta Southland Tales se me
antojaba de obligada visión. Sí, incluso tras su sonoro abucheo en Cannes.
Kelly parece explotar varios de los temas que convirtieron a la película
producida por Drew Barrymore en una cinta de culto. Si bien, y a diferencia de
ella, Southland Tales mezcla
diversos géneros (comedia, musical o cine de catástrofes) con desiguales
resultados, siendo en conjunto mucho más abstracta y compleja. Y es que uno de
los problemas de esta película es que exige demasiado al espectador (nada que
objetar por mi parte), ofreciendo un torrente de información durante los
primeros minutos (los cuales resumen tres novelas gráficas realizadas como
complemento a la misma) y con una continua voz en off que trata de informar (pero
que resulta en ocasiones más molesta que explicativa). Afortunadamente,
conforme avanza la historia, y se desenmaraña (nunca del todo) su trama, el
interés aumenta considerablemente. Y lo hace hasta llegar a un clímax final que
es puro delirio. A ello habría que añadir la prodigiosa dirección (sirva como
muestra el impecable plano secuencia en el globo aerostático).
Hablemos también de su reparto, el cual se me antoja un tanto errado: Dwayne Johnson realiza una interpretación de lo más irritante (gracias a su colección de repelentes tics), Seann William Scott no parece el actor más indicado para el papel que le toca desempeñar y Sarah Michelle Gellar muestra claros signos de desconcierto (por lo visto a los actores sólo se les dio la parte de guión que hacía referencia a sus personajes). Esta última es, a pesar de todo, la que mejor parada sale. De todos modos, se agradece tan ecléctica decisión de casting; como también se agradece su espléndida banda sonora, su fotografía y sus efectos especiales (los cuales, a pesar de algunos defectos, están al servicio de la historia y no al revés). Pero la gran pregunta es: ¿se puede recomendar alegremente una cinta así? Mi respuesta no puede ser más clara: NO. Mi (muy simple; a la par que simplista) razonamiento: Southland Tales es una obra capaz de desesperar incluso a los más ávidos consumidores de propuestas imposibles; si usted no lo es, debería huir de ella como de la mismísima peste.
Lo mejor: Es una rareza
marcianada y hay que disfrutarla como tal. Que sea una película ambiciosa.
También su cantidad de escenas memorables. Desde el descubrimiento de los
bucles temporales a los que han sido expuestos Santaros y Taverner hasta este
último reflejándose con retardo en un espejo pasando por los numeritos
musicales, destacando el protagonizado por Justin Timberlake al son de All These Things That I’ve Done de The
Killers, impresionante.
Lo peor: Una duración que tira
para atrás. Eso y que sea un batiburrillo de ideas plasmadas con no demasiado
tino.
Puntuación: 5,5/10.
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