Título original: Scanners. Año: 1981. País: Canadá. Género: Ciencia-Ficción, Terror. Director:
David Cronenberg. Guionista: David
Cronenberg. Intérpretes: Michael
Ironside, Jennifer O’Neill, Stephen Lack, Patrick McGoohan, Lawrence Dane,
Robert Silverman, Adam Ludwig.
El cine de David
Cronenberg se mueve, por norma general, entre lo enfermizo y lo fantástico; adornado
todo ello con cierto toque gore. Scanners,
por lo tanto, y teniendo en cuenta que pertenece al género de la ciencia
ficción (y que cuenta con ligerísimos toques de acción; y alguno más que la
acerca al cine de terror), no chirría dentro de la filmografía de tan peculiar
director; y no lo hace siendo, como es, una de las más accesibles. La película (la
cual contó con un presupuesto irrisorio: poco más de 4 millones de dólares
canadienses) juega, por cierto, con la sempiterna lucha del bien contra el mal,
adornando el conjunto con cierta crítica social (ese miedo de la gente a todo
aquello que se sale de lo establecido como “normal”).
Scanners nos introduce en la
existencia de los “Exploradores”, personas con una capacidad telepática fuera
de lo común; capacidad que puede ser usada incluso para matar. Para ello la usa
Darryl (Michael Ironside), un ser peligroso que ansía crear un comando formado
por gente como él y dominar así el mundo. En el lado opuesto tenemos a Cameron
(Stephen Lack), quien también es un “Explorador” pero cuya misión principal es dar
caza a Darryl.
De primeras pueda parecer que estamos ante una simple película de acción/terror y ciencia ficción, lo que hace que sea (como voy a repetir mil y una veces) uno de los trabajos más accesibles de Cronenberg. Si bien, como apunté anteriormente, su mensaje es mucho más profundo de lo que pueda parecer a simple vista. A destacar el aura malsana que crea (como sólo él sabe) el director canadiense, alguna (¡mítica!) escena de lo más repulsiva (¡ esa cabeza que estalla durante el primer acto!) y el correcto trabajo de los actores (sobre todo el llevado a cabo por un inquietante Ironside, quien a partir de entonces se especializaría en dar vida a tipos duros y/o villanos). Curiosidad: la película cuenta con varias secuelas, si bien, Cronenberg no dirigió ninguna de ellas.
Lo mejor: Estamos ante una
película de culto que, además, es también una de las más accesibles
firmadas/filmadas por el talentoso (e inquietante) Cronenberg.
Lo peor: Un discurso que, dejando
de lado el toque inclusivo o el miedo a lo desconocido (¿alguien dijo X-Men?),
puede pecar de simplista, Y sí, sobre todo unas secuelas dispersas e
infinitamente menos interesantes.
Puntuación: 7/10.
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