miércoles, 15 de julio de 2015

Una rubia auténtica

Título original: The Real Blonde. Año: 1997. País: Estados Unidos. Género: Comedia. Director: Tom DiCillo. Guionista: Tom DiCillo. Intérpretes: Matthew Modine, Catherine Keener, Maxwell Caulfield, Daryl Hannah, Bridgette Wilson Sampras, Elizabeth Berkley, Kathleen Turner, Denis Leary, Christopher Lloyd, Marlo Thomas.

Lo confieso: soy un enamorado del cine indie de los 90. También de sus directores: Tarantino, Smith, Araki, Linklater, Hartley… Incluso un poco de DiCillo, aunque sólo sea porque una de sus películas, Vivir rodando (Living in Oblivion), me pareció de lo más divertida (me encanta el cine que habla de cine) cuando la vi en su día.


Sin embargo, y a diferencia de casi todos los directores de mi lista, DiCillo ha mantenido en los últimos tiempos un perfil más bien bajo (prácticamente se ha dedicado a dirigir capítulos de series de televisión). Y su carrera es más bien irregular. Como irregular es esta comedia en la que Modine y Caulfield interpretan a dos aspirantes a actores con distinta suerte: mientras que el primero acaba, un poco a regañadientes, aceptando participar en un videoclip de Madonna (Elizabeth Berkley hace de doble de la diva), el segundo, obsesionado con encontrar a una rubia auténtica, triunfa protagonizando un cutre-culebrón junto a Kelly (Daryl Hannah).


Una rubia auténtica carece del ingenio de, por ejemplo, Vivir rodando. Es más, me atrevo a decir que es menos incendiaria e irónica de lo que pretende. Y es culpa de DiCillo (eso de mostrar acciones que los protagonistas no acaban llevando a cabo, como por ejemplo el enfrentamiento entre el personaje de Keener y el tipo grosero, resulta de lo más denostado/pasado de moda). La película no ironiza, como podría parecer en un principio, sobre cómo Hollywood lo devora todo a su paso. Es más bien un cuento amable (aunque también con cierto poso de amargura; véase el devenir de los personajes de Cauldfield y Berkley) con moraleja: el que la sigue la consigue / con tesón lograrás tus objetivos. Al menos eso es lo que le sucede al bueno de Joe (Matthew Modine), ¿no?

Lo mejor: Su correcto reparto.

Lo peor: Ni el humor ni la ironía funcionan como debieran.

Puntuación: 5/10.

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