martes, 13 de noviembre de 2018

La maldición de Hill House (Temporada 1)

Título original: The Haunting of Hill House. Año: 2018 (Temporada 1 de La maldición de Hill House). País: Estados Unidos. Género: Drama, Intriga, Terror. Creador: Mike Flanagan. Intérpretes: Michiel Husiman, Carla Gugino, Henry Thomas, Elizabeth Reaser, Kate Siegel, Oliver Jackson-Cohen, Victoria Pedretti, Timothy Hutton, Paxton Singleton, Lulu Wilson, McKenna Grace, Julian Hilliard, Violet McGraw, Anthony Ruivivar, Samantha Sloyan, Annabeth Gish, Robert Longstreet.

La maldición de Hill House, una de las últimas (y exitosas) propuestas de Netflix, ha sido, de seguro, esa serie que no han parado de recomendarte durante las últimas semanas. Todavía más durante los días cercanos a la festividad de Halloween. La historia, enésima adaptación, alguna tan desastrosa como La guarida (The Haunting), la terrible película protagonizada por Liam Neeson, Catherine Zeta-Jones, Owen Wilson y Lili Taylor, de la popular novela de Shirley Jackson, versa alrededor de una casa maldita. Y aunque ello no parezca especialmente novedoso, La Maldición de Hill House ha sido recibida con toda suerte de alabanzas, tanto por parte de la crítica como del público.

 
Como ya he dicho, la acción principal de la serie se desarrolla en una casa (una suerte de mansión); casa a la que se muda una familia capitaneada por Olivia (Carla Gugino, vista, por ejemplo, en la adaptación cinematográfica de Watchmen y en la serie Wayward Pines) y Hugh Crain (interpretado por Henry Thomas, el niño de E.T.; Timothy Hutton en su versión más adulta); familia que cuenta con cinco hijos: Steven (Michiel Husiman de adulto; Paxton Singleton de niño), Shirley (Elizabeth Reaser de adulta; Lulu Wilson de niña), Theo (Kate Siegel de adulta; Mckenna Grace de niña) y los gemelos Luke (Oliver Jackson-Cohen de adulto; Julian Hilliard de niño) y Nell (Victoria Pedretti de adulta; Violet McGraw de niña). Y sí, aunque la casa juegue un papel fundamental en la trama (la cual se nos cuenta en dos tiempos: presente y pasado), los personajes son el gran eje central de la misma. La maldición de Hill House se toma su tiempo en presentárnoslos (cada uno de los primeros cinco capítulos, de los diez que componen esta primera, y de momento única, temporada, se centra en uno de los hijos de la familia protagonista). Así, vemos cómo el mayor de los hermanos, Steven, se ha convertido en un escritor (de novelas de terror) de éxito, Shirley regenta una funeraria, Theo rehúye de todo contacto/compromiso y los gemelos viven en un continuo tormento tras su paso por la casa que da título a este trabajo (Luke va, además, de centro de desintoxicación en centro de desintoxicación). A todos ellos, así como a sus progenitores (tranquilos, no voy a soltar ningún spoiler más), les afectó (como podremos ir viendo/comprobando), de distinta manera, su paso por la imponente Hill House.

 
Porque sí, esta serie es, por encima de todo, un (mega) drama familiar. Mike Flanagan (el creador) se esfuerza por implicarnos en los problemas (sobrenaturales o no) a los que se enfrentan nuestros protagonistas; se toma su tiempo en, como ya he dicho, presentarnos a los personajes, poniéndonos en contexto (como también he dicho, la trama se desarrolla en dos tiempos: presente y pasado) e intentando que empaticemos con sus distintas causas (a pesar de que algunas, sobre todo las paranormales, claro, no nos puedan ser más ajenas). También ayuda, y mucho, la excelente labor llevada a cabo por un reparto comprometido y mucho más que cumplidor. Eso por no hablar del notable acabado del que hace gala la serie (todo en ella sobresale, desde los escenarios hasta el trabajo de maquillaje y efectos especiales), muy superior a lo que nos tiene (por desgracia) acostumbrados este tipo de producciones de género (sí, por mucho que, al menos para servidor, La maldición de Hill House se enmarque más en el género de drama que en el de terror; que también, ¡ojo!). Los fans más acérrimos del subgénero de casas encantadas puede que se sientan un tanto defraudados/estafados (más por cómo se ha vendido este trabajo que por otra cosa), pero La maldición de Hill House se destapa como una serie altamente recomendable (de factura cuasi impecable) a la que, eso sí, flaco favor hace el factor hype.

Lo mejor: Prácticamente todo el apartado técnico (sonido, decorados, vestuario, efectos especiales, maquillaje) e interpretativo (los actores se toman su labor muy en serio, algo tristemente inaudito en este tipo de propuestas; siendo justos también conviene señalar que pocas obras de terror pueden contar con el trasfondo de una serie de diez horas como la que nos ocupa). El trabajo de dirección también cuenta como otro de sus puntos álgidos (atención al magnífico uso del plano secuencia).

Lo peor: Que haya sido vendida como una serie de terror cuando en realidad estamos ante un drama con pinceladas de terror sobrenatural (los sustos están más que contados y no siempre son todo lo efectivos que debieran).

Puntuación: 7/10.

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