La maldición

Título original: Ju-on. Año: 2002. País: Japón. Género: Terror. Director: Takashi Shimizu. Guionista: Takashi Shimizu. Intérpretes: Megumi Okina, Misaki Ito, Misa Uehara, Yui Ichikawa.

Rika Nishina (Megumi Okina) es una joven asistenta social que, tras acudir a un hogar a prestar sus servicios, cae presa de la maldición que afecta al lugar, ya que en el mismo ocurrieron unos terribles asesinatos. Así da inicio la primera de las películas de esta saga (orquestada por Takashi Shimizu) que se pudo ver en España (nota: el director ya había tratado el tema en anteriores ocasiones; si bien, lo cierto es que no resulta imprescindible conocer sus antecedentes para disfrutar de La maldición y de su clásica historia de terror y fantasmas). Más tarde llegaría el consiguiente remake americano (sí, el protagonizado por Sarah Michelle Gellar) y sus distintas secuelas.

La maldición no es una película de terror japonesa más. Son claras las diferencias con respecto a otras populares producciones como El círculo (Ringu), Dark Water (Honogurai Mizuno Sokokara) o Llamada perdida (Chakushin ari), por citar tres ejemplos estrenados en nuestro país y que también cuentan con sus respectivos remakes. Es igualmente diferente a otras películas de terror coetáneas de distintas nacionalidades. Entre las (mayores) diferencias podríamos destacar su tono pausado (su ritmo puede disgustar o desesperar a aquellos que sobreponen la agilidad de la narración al detalle argumental) o la casi ausencia de escenas escabrosas y/o sangrientas (no así de sustos, gracias, sobre todo, a su eficaz atmósfera).

También difiere en su forma de narrar la historia, la cual, además de no ser lineal, cuenta con varios cabos sueltos con los que el espectador puede jugar y especular, lo que (casi) siempre suele ser interesante. Si a todo ello añadimos la estupenda labor de sonido (mención especial merecen las apariciones fantasmales, tan estridentes como parodiables) obtenemos un producto de lo más estimulante, pero no apto para todos los fanáticos del género.

Lo mejor: Su atmósfera.

Lo peor: No estamos ante una cinta apta para impacientes.

Puntuación: 6/10.