Titulo original: Buried. Año: 2010. País: España. Género: Intriga,
Terror. Director: Rodrigo
Cortés. Guionista: Chris Sparling. Intérpretes: Ryan Reynolds, José Luis
García Pérez (sólo voz), Stephen Tobolowsky (sólo voz), Samantha Mathis (sólo
voz).
Al segundo
largometraje de Rodrigo Cortés le precede su fama (paso triunfal por el Festival
de Sundance, excelentes críticas…), al mismo tiempo supone un gran cambio con
respecto a su anterior película, Concursante
(en la que destacaba su destreza componiendo planos imposibles, algo que aquí
se mantiene en la medida de lo posible), así como un importante reto: crear
tensión (y mantener el interés) con recursos más que limitados.
Y es que la acción tiene lugar, íntegramente, en el interior de un ataúd de
madera. En él se encuentra Paul Conroy (Ryan Reynolds, Deadpool),
quien ha sido asaltado en Iraq. Para lograr salir con vida deberá agudizar el
ingenio, ayudándose de varios objetos a su alcance, entre ellos un mechero, un
móvil o un bolígrafo.
Desvelar demasiado de una producción como Buried
(aka Enterrado) es un error, ya que el factor sorpresa se presenta (cuasi)
imprescindible para disfrutar al máximo de ella; además, es una película en la
que todo parece estar estudiado al milímetro (la planificación sólo puede ser
catalogada de excelente). También ayuda, y mucho, el fantástico trabajo de
Reynolds, quien demuestra, gracias a este complicado papel (el actor debe
permanecer en pantalla todo el tiempo, siempre en estado de máxima alerta y con
los sentimientos a flor de piel), que es
algo más que un simple héroe de acción u otra cara bonita que sirve como
reclamo para insulsas comedias románticas, estilo La proposición (The Proposal). El resultado final es francamente
estimulante, tanto por lo atípico de la propuesta como por el dominio
demostrado a la hora de mantener el tipo sin tener que recurrir a zafios
efectismos (a pesar de algún momento ciertamente discutible, véase la tramposa
llamada del abogado de la empresa para la que trabaja Conroy, lo cierto es que
la película cuenta con un buen puñado de escenas memorables, entre ellas la que
nos muestra cómo una serpiente se cuela en el ataúd o su helador clímax final).
Lo mejor: Cómo nos mantiene en
tensión.
Lo peor: La irregular carrera de
Cortés tras este largometraje. Ni Luces
Rojas (Red Lights), película con reparto de campanillas, ni Blackwood (Down a Dark Hall), con Uma
Thurman como cabeza de cartel, cumplieron con las (tampoco muchas en el caso de
la segunda, seamos francos) expectativas.
Puntuación: 7/10.
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