Título original: John
Carpenter’s Ghosts of Mars. Año: 2011.
País: Estados Unidos. Género: Terror, Ciencia-Ficción. Director: John Carpenter. Guionistas: Larry Sulkis y John
Carpenter. Intérpretes: Natasha Henstridge, Ice Cube, Jason Statham,
Clea DuVall, Pam Grier, Rosemary Forsyth, Joanna Cassidy, Richard Cetrone, Rich
Edelstein, Robert Carradine, Wanda De Jesus, Peter Jason, Duane Davis.
Poco queda
reflejado en Fantasmas de Marte del
talento que encumbró a Carpenter como uno de los directores más respetados del
género. La película funciona mejor como una simpática (léase tontorrona) Serie
B de ciencia ficción (a pesar de que la acción se sitúa en el año 2176, el tono
resulta feista, tanto a nivel técnico como de dirección artística, invade la
pantalla; tampoco ayuda mucho el maquillaje empleado para presentar a los “infectados”,
el cual nos recuerda más a cualquier estrella del rock, ¿alguien dijo Kiss o
Marilyn Manson?, que a unos sanguinarios monstruos) que como película de
terror.
La historia
comienza con Melanie (Natasha Henstridge) rindiendo cuentas ante sus superiores
por una fallida misión realizada en Marte; un lugar de tremendo peligro en el
que debían recoger a un conocido asesino (Ice Cube) y hacerse cargo de él. Pero
algo ocurre en el planeta; los habitantes se comportan de manera extraña y
están sedientos de sangre.
El casting es de los más ecléctico. Carpenter reúne a un puñado de actores menores pero reconocidos dentro del género (aun así, las interpretaciones no resultan ser gran cosa): tenemos a Pam Grier, quien antes de ser rescatada por Tarantino, para su Jackie Brown, había intervenido en varias blaxploitations, a Natasha Henstridge, que protagonizó Species, o Joanna Cassidy, que participó, diecinueve años antes, en la mítica Blade Runner. La mayoría cumplen con su función, es decir, correr de un lado para otro, arma en mano; pero, claro, unos (Jason Statham) mejor que otros (Clea Duvall). O por lo menos parecen tener más experiencia en dichas lides. Además, los diálogos que deben recitar son tan tópicos como ocasionalmente ridículos. Y de las subtramas mejor no hablemos (sirva como ejemplo la relamida e infantilona tensión sexual que se desarrolla entre los personajes de Statham y Henstridge). El producto final es tan deficiente como burlesco; medianamente disfrutable, siempre y cuando no se tome demasiado en serio. Fantasmas de marte es, en definitiva, otro (sub)producto menor en la carrera de Carpenter.
Lo mejor: Su aroma a entrañable Serie
B de terror y ciencia ficción. También su reparto (más por llamativo que por
cumplidor).
Lo peor: A Carpenter le exijo
más. Mucho más.
Puntuación: 3/10.
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