Título original: Pillow Talk. Año: 1959. País: Estados Unidos. Género:
Comedia, Romance. Director: Michael
Gordon. Guionistas: Stanley Shapiro, Russell Rouse, Clarence Green
y Maurice Richlin. Intérpretes: Rock
Hudson, Doris Day, Tony Randall, Thelma Ritter, Nick Adams, Allen Jenkins, Lee
Patrick, Marcelo Dalio, Mary McCarty, Julia Meade.
Brad Allen (Rock
Hudson) y Jan Morrow (Doris Day) tienen que compartir línea telefónica. Ella es
una mujer de carácter que se enfurece al comprobar que Allen, mujeriego y
seductor, tiene siempre la línea ocupada con sus múltiples amoríos. Cerrando el
trío protagonista se encuentra Jonathan Forbes (Tony Randall), cliente de
Morrow (ella es decoradora) y enamorado (nada secretamente) de ella, pero también
jefe de Allen, quien, por cierto, trabaja como compositor. Forbes habla
maravilla de ella a Allen y éste se hace pasar por otra persona para enamorarla
tras un encontronazo fortuito. A partir de ese momento Allen se las tendrá que
ingeniar para no ser descubierto.
Una de las grandes apuestas de la película es su estupendamente hilvanado guión
(ganador del Oscar; Confidencias de
medianoche también fue nominada en otras cuatro categorías: actriz, para
Doris Day, actriz de reparto, para Thelma Ritter, banda sonora de drama o
comedia y dirección artística), creado con ingenio y buen oficio a pesar de su
almibarado tono. (¡ojo!, debemos tener en cuenta la época en que se escribió y
filmó). Eso sí, el mayor atractivo reside, sin ninguna duda, en su pareja
protagonista, en sus magistrales interpretaciones (dotadísimos ambos dos para
la comedia romántica de enredo) y en la innegable química entre ambos.
Aunque menos interesantes, también habría que reseñar la labor del resto de reparto, entre los que destacan Tony Randall, como el tercero en discordia, o Thelma Ritter, quien interpreta a la borrachina asistenta de Morrow. Primera de las tres películas protagonizadas por Hudson y Day (y secundados por Tony Randall), Confidencias de medianoche es, por derecho propio, un clásico de la comedia romántica de enredo.
Lo mejor: Las conversaciones a
dos (o incluso tres) bandas forman parte de lagunas de las escenas más logradas.
Véase, por ejemplo, la compenetración de Hudson y Day mientras hablan desde la
bañera. También destacan otras decididamente más cómicas, como aquella en la
que el personaje de Hudson entra por error en una clínica ginecológica o cuando
trata de introducirse en el pequeño coche del acompañante de su enamorada.
Bueno, en realidad cualquiera de las escenas compartidas por la pareja
protagonistas sería reseñable/alabable.
Lo peor: Algunos temas que,
vistos hoy día, se presentan un tanto caducos. Pero, claro, es que estamos
hablando de una película de 1959.
Puntuación: 7/10.
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