Four Rooms

Título original: Four Rooms. Año: 1995. País: Estados Unidos. Género: Comedia. Directores: Allison Anders, Alexandre Rockwell, Robert Rodriguez y Quentin Tarantino. Guionistas: Allison Anders, Alexandre Rockwell, Robert Rodriguez y Quentin Tarantino. Intérpretes: Tim Roth, Bruce Willis, Madonna, Quentin Tarantino, Antonio Banderas, Valeria Golino, Lili Taylor, Bruce Willis (quien no cobró por su participación, infringiendo así las normas de la SAG; aparecer sin acreditar fue la manera de librarse de la pertinente sanción), Marisa Tomei, Ione Skye, Salma Hayek, Jennifer Beals, Paul Calderon, Sammi Davis, Tamlyn Tomita, Lana Mckissack, Alicia Witt, David Proval.

Cuatro realizadores (Allison Anders, Alexandre Rockwell, Robert Rodriguez y Quentin Tarantino) dirigen otras tantas historias cuyo nexo común es el lugar en el que se desarrolla la acción (un hotel) y la presencia de un botones (Tim Roth, en un papel pensado para Steve Buscemi). 

 

Además de Roth, un nutrido grupo de conocidos intérpretes (Bruce Willis, Marisa Tomei, Lili Taylor, Salma Hayek, Antonio Banderas…) integran el reparto de esta Four Rooms, aunque son éste y Banderas quienes mejor captan el tono caricaturesco (jugando con la sobreactuación) del que hace gala el largometraje, algo que se nota en sus interpretaciones (las más destacables, y recordables, en definitiva). 

La realización de cuatro cortos con distintos puntos de vista e historias (Rockwell y Anders tienen, al menos sobre el papel, poco que ver con Tarantino y Rodriguez) sonaba realmente bien, pero llevados a la práctica se tornan un tanto fallidos. El problema viene, en gran medida, porque las historias de Anders (un aquelarre en el que un grupo de brujas, entre ellas la mismísima Madonna, necesita semen para realizar su particular conjuro) y Rockwell (centrado en un rapto) resultan bastante aburridas, mientras que las de Rodriguez (la mejor y en la que participan dos de sus actores fetiche: Hayek, apareciendo muy brevemente, y Banderas) y Tarantino (quien parece trabajar con el piloto automático y cuyo corto gira en torno a un juego destinado a terminar mal), sin ser nada del otro mundo (el desenlace del de Tarantino tiene sorna, pero ya está), se dejan ver con mucha más gracia/facilidad.

Lo mejor: Los capítulos dirigidos por Tarantino y Rodriguez (y los frutos posteriores que nos ofrecería su amistad).

Lo peor: Lo irregular de su conjunto. Suele ser normal que en un trabajo de estas características algunas historias destaquen por encima de otras, pero aquí el interés está demasiado desequilibrado.

Puntuación: 5/10.