Título original:
Ginger Snaps. Año: 2000. País: Canadá. Género:
Terror, Comedia Negra. Director: John Fawcett. Guionista:
Karen Walton (adaptando una historia propia y de John Fawcett).
Intérpretes:
Emily Perkins, Katharine Isabelle, Mimi Rogers, Kris Lemche, Jesse
Moss, John Bourgeois.
El tema de la licantropía
ha sido tratado hasta la saciedad y ha dado pie a todo tipo de
películas (terroríficas, cómicas…). Por ello parecía bastante
improbable que a estas alturas se pudiese hacer una cinta con algo
original o interesante que contar. Pero John Fawcett lo consiguió
gratamente con el divertimento que nos ocupa.
Las
protagonistas son dos hermanas, Ginger (Katharine Isabelle) y
Brigitte (Emily Perkins), obsesionadas con la muerte y que una noche
son atacadas por una extraña criatura que infecta a una de ellas,
quien poco a poco comienza a sufrir una horrenda transformación al
mismo tiempo que aumentan sus instintos homicidas. Su hermana, por su
parte, tratará de encontrar una cura antes de que sea demasiado
tarde…
Ginger Snaps es una de esas películas que, a
falta de medios (su presupuesto se estima en unos cinco millones de
dólares), hacen gala de un ingenio que las hace francamente
especiales. Su fantástico dúo protagonista (parte de su éxito
reside en el muy estimable trabajo de sus dos actrices principales,
geniales en su papeles de chicas raras, introvertidas y un tanto
sádicas), lo artesanal de sus efectos y maquillajes (véase el
clímax final) o el negrísimo sentido del humor que destila su guión
serían algunos de sus muchos alicientes. Ginger Snaps puede
presumir de ser una propuesta refrescante que recomiendo
encarecidamente a los amantes del cine de género con aroma a Serie B
de la buena.
Lo mejor: Es
Serie B de las buenas.
Lo peor: Sus
irregulares secuelas. Tuvo
dos. La segunda tenía un pase; la tercera dejaba mucho que desear.
Puntuación: 6,5/10.
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