lunes, 10 de abril de 2023

Muerte aparente

Título original: Almost Dead. Año: 1994. País: Estados Unidos. Género: Terror. Director: Ruben Preuss. Guionista: Miguel Tejada-Flores (adaptando la novela Resurrection de William M. Valtos). Intérpretes: Shannen Doherty, Costas Mandylor, John Diehl, William R. Moses, Eric Christmas, Penelope Branning. 
 
Shannen Doherty, por entonces en la cresta de la ola gracias a la serie Sensación de vivir (Beverly Hills, 90210), interpreta en esta película a una joven profesora/psicóloga traumatizada por las constantes apariciones de su ya difunta madre (Penelope Branning). Para colmo, nadie cree que dichas visiones sean reales; nadie excepto Dominic (Costas Mandylor, quien estaba participando en la laureada Picket Fences), un policía/detective viudo de vuelta de todo. En papeles secundarios tenemos a William R. Moses (Falcon Crest, Melrose Place, Perry Mason) y John Diehl, quien ha trabajado a las órdenes de directores tan dispares como Ken Russell, Joel Schumacher, Roland Emmerich, Oliver Stone, Wayne Wang, Stephen Frears, Michael Bay o Wim Wenders.
 
 
Excepto honrosas excepciones, el género de terror, y más concretamente aquel que incluye posesiones, apariciones y similares (léase infectados, zombis…), no ha contado con grandes presupuestos. Es más, muchos de los clásicos correspondientes a dicho género han sido realizados con muy pocos medios y mucho ingenio. Sirvan como ejemplo La noche de los muertos vivientes (Night of the Living Dead) o Posesión infernal (The Evil Dead). La película que nos ocupa también sufre de un ajustadísimo presupuesto y ello se nota en su acabado. Pero lo que la diferencia de los ejemplos antes expuestos es su falta de sustos efectivos y de escenas sangrientas e impactantes (por mucho que a veces parezca guiñarle un ojo a la trilogía de Raimi; véase la escena con que se cierra o algún movimiento de cámara: la cámara girando 360 º; la cámara saliendo a través de la cerradura; la cámara filmando desde el confesionario). Un craso error que termina por pasarle factura. Y es una pena, ya que esta Muerte aparente (también conocida como Casi muerta cuando se editó en DVD) disponía de buena materia prima (esa madre perturbadora que regresa de la muerte; un tándem tópico compuesto por dos personajes aparentemente antagonistas; el personaje de John Diehl, una suerte de Quasimodo “malrollero”…) como para haber sido una Serie B de lo más resultona. Pero todo falla (la madre muerta se pasea por todos lados sin que nadie se escandalice; Doherty y el contundente Mandylor se presentan un tanto estoicos; el personaje de Diehl peca de paródico y no saben muy bien qué hacer con él...).
 
 
Y es que no acompañan ni unos actores despistados (algo lógico teniendo en cuenta que sus personajes están muy poco definidos y han de recitar tópico tras tópico) ni algunos pasajes (los cuales necesitan una reescritura urgente; a ese acto final a lo Scooby Doo me remito). Lo realmente interesante hubiese sido un giro hacia el terror más truculento mezclado con la comedia negra (Muerte aparente pertenece, aparentemente, al subgénero del terror psicológico; también cuenta con algún momento de humor, pero más enfocado hacia el humor absurdo que hacia el humor negro: sin ir muy lejos, ese paciente del personaje de William R. Moses que se siente continuamente observado y que se parece a... Gorbachov), cosa que desgraciadamente nunca llega a suceder. Me hace mucha gracia pensar en ella como, tal y como llegué a leer una vez, una especie de It Follows para el canal Lifetime. 
 
Lo mejor: Cuando no se toma en serio a sí misma o juguetea con algún plano que se sale de la norma. 
 
Lo peor: Su nulo impacto como película de género. Eso por no hablar de sus fallos garrafales (¿cómo es posible que la madre de nuestra protagonista muera tras una explosión pero su cuerpo, cuando es enterrado, parezca estar intacto...?). Mención especial (para mal, claro) merece su anticlimática y, por momentos, estridente banda sonora. 
 
Puntuación: 4/10.

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