Título
original: Almost Dead. Año:
1994. País: Estados Unidos. Género:
Terror. Director:
Ruben Preuss. Guionista: Miguel
Tejada-Flores (adaptando la novela Resurrection
de William M. Valtos). Intérpretes:
Shannen Doherty, Costas Mandylor, John Diehl, William R. Moses, Eric
Christmas, Penelope Branning.
Shannen Doherty, por
entonces en la cresta de la ola gracias a la serie Sensación
de vivir (Beverly Hills, 90210), interpreta en
esta película a una joven profesora/psicóloga traumatizada por las
constantes apariciones de su ya difunta madre (Penelope Branning).
Para colmo, nadie cree que dichas visiones sean reales; nadie excepto
Dominic (Costas Mandylor, quien estaba participando en la laureada
Picket Fences), un policía/detective viudo de vuelta de todo.
En papeles secundarios tenemos a William R. Moses (Falcon Crest,
Melrose Place, Perry
Mason) y John Diehl, quien ha trabajado a las órdenes de
directores tan dispares como Ken Russell, Joel Schumacher, Roland
Emmerich, Oliver Stone, Wayne Wang, Stephen Frears, Michael Bay o Wim
Wenders.
Excepto honrosas excepciones, el género de terror,
y más concretamente aquel que incluye posesiones, apariciones y
similares (léase infectados, zombis…), no ha contado con grandes
presupuestos. Es más, muchos de los clásicos correspondientes a
dicho género han sido realizados con muy pocos medios y mucho
ingenio. Sirvan como ejemplo La noche de los muertos vivientes
(Night of the Living Dead) o Posesión infernal (The Evil
Dead). La película que nos ocupa también sufre de un ajustadísimo
presupuesto y ello se nota en su acabado. Pero lo que la diferencia
de los ejemplos antes expuestos es su falta de sustos efectivos y de
escenas sangrientas e impactantes (por mucho que a veces parezca
guiñarle un ojo a la trilogía de Raimi; véase la escena con que se
cierra o algún movimiento de cámara: la cámara girando 360 º; la
cámara saliendo a través de la cerradura; la cámara filmando desde
el confesionario). Un craso error que termina por pasarle factura. Y
es una pena, ya que esta Muerte aparente (también conocida
como Casi muerta cuando se editó en DVD) disponía de buena
materia prima (esa madre perturbadora que regresa de la muerte; un
tándem tópico compuesto por dos personajes aparentemente
antagonistas; el personaje de John Diehl, una suerte de Quasimodo
“malrollero”…) como para haber sido una Serie B de lo más
resultona. Pero todo falla (la madre muerta se pasea por todos lados
sin que nadie se escandalice; Doherty y el contundente Mandylor se
presentan un tanto estoicos; el personaje de Diehl peca de paródico
y no saben muy bien qué hacer con él...).
Y es que no
acompañan ni unos actores despistados (algo lógico teniendo en
cuenta que sus personajes están muy poco definidos y han de recitar
tópico tras tópico) ni algunos pasajes (los cuales necesitan una
reescritura urgente; a ese acto final a lo Scooby Doo me
remito). Lo realmente interesante hubiese sido un giro hacia el
terror más truculento mezclado con la comedia negra (Muerte
aparente pertenece, aparentemente, al subgénero del terror
psicológico; también cuenta con algún momento de humor, pero más
enfocado hacia el humor absurdo que hacia el humor negro: sin ir muy
lejos, ese paciente del personaje de William R. Moses que se siente
continuamente observado y que se parece a... Gorbachov), cosa que
desgraciadamente nunca llega a suceder. Me hace mucha gracia pensar
en ella como, tal y como llegué a leer una vez, una especie de It
Follows para el canal Lifetime.
Lo mejor: Cuando
no se toma en serio a sí misma o juguetea con algún plano que se
sale de la norma.
Lo peor: Su
nulo impacto como película de género. Eso por no hablar de sus
fallos garrafales (¿cómo es posible que la madre de nuestra
protagonista muera tras una explosión pero su cuerpo, cuando es
enterrado, parezca estar intacto...?). Mención especial (para mal,
claro) merece su anticlimática y, por momentos, estridente banda
sonora.
Puntuación: 4/10.
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