Título original: Star Wars: Attack of the Clones. Año: 2002.
País: Estados Unidos. Género:
Aventuras, Ciencia-Ficción, Fantasía. Director: George Lucas.
Guionistas: George Lucas y Jonathan Hales. Intérpretes: Ewan McGregor, Natalie Portman, Hayden
Christensen, Samuel L. Jackson, Temuera Morrison, Christopher Lee, Pernilla
August, Ian McDiarmind, Rose Byrne, Anthony Daniels, Kenny Baker, Frank Oz, Jimmy
Smits, Jack Thompson, Joel Edgerton, Daniel Logan.
Lucas no lo tenía demasiado
difícil para superar la flojísima entrega anterior. Sin embargo, El ataque de los clones, aun siendo mucho
más interesante que La amenaza fantasma
(The Phantom Menace), sigue flojeando en muchos (demasiados) aspectos. Es cierto
que tal vez no mereciese tanta repercusión en los Razzie (fue nominada a peor
película, peor secuela o remake, peor director, peor actriz de reparto y peor
pareja; “ganó” los de peor guión, para Lucas y Hales, y peor actor de reparto, para
Christensen), pero no es menos cierto que el resultado final es ciertamente
insatisfactorio.
La historia continúa mostrándonos
el pasado de Anakin Skywalker (Hayden Christensen en, y sé que me repito hasta
la nausea, uno de los papeles que más juego dio en Hollywood; entre los nombres
que sonaron para interpretarlo encontramos los de actores tan dispares como
Ryan Phillippe, Colin Hanks o Paul Walker) y se centra tanto en su
entrenamiento a manos del siempre recto Obi-Wan Kenobi (Ewan McGregor) como en
la relación amorosa que no tarda en surgir entre él y Padmé Amidala (Natalie
Portman). De fondo la terrible batalla que está a punto de desatarse entre los Jedis
y los seguidores del Conde Dooku (Christopher Lee), un antiguo Jedi que se ha
pasado al lado oscuro. La cinta cuenta además con la aparición de dos personajes
bien relevantes: Jango Fett (Temuera Morrison) y su hijo, Boba (Daniel Logan).
Cuando hablé de la primera película, a la que ahora llaman Una nueva esperanza (A New Hope), hice especial hincapié en el diseño de personajes, cosa que aquí me chirría mucho. Entiendo que Lucas quiere mostrar al mundo los fantásticos efectos especiales que puede producir su compañía, pero estos, lejos de alucinarme, lo único que logran es sacarme de la historia (sé que estamos ante una película de ciencia-ficción, pero una cosa no quita a la otra). ¿Y qué decir de la ñoñísima (que no poética) historia de amor que protagonizan Portman y Christensen? Pues que no puede ser más edulcorada (¡menuda space opera!) y obvia (¡esos diálogos!). Ojo, que no todo es malo. Por fortuna la película cambia de rumbo durante su tramo final, ofreciéndonos algunas escenas memorables (la pelea entre Yoda y el Conde Dooku, por ejemplo) y un clímax final nada desdeñable. Y eso es algo que La amenaza fantasma no podía decir.
Lo mejor: La primera
hora (salvo momentos muy puntuales).
Lo peor: El intenso
clímax final.
Calificación: 5,5/10.
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