Título original: The Texas Chainshaw Massacre. Año: 2003. País: Estados Unidos. Género: Terror. Director:
Marcus Nispel. Guionista: Scott
Kosar (remake de la película de Tobe Hooper). Intérpretes: Jessica Biel, Jonathan Tucker, Eric Balfour, Erica
Leerhsen, Mike Vogel, Lauren German, R. Lee Ermey, Terrence Evans.
He de reconocer que
este remake no me inspiraba demasiada confianza; en parte porque dos de las
grandes virtudes con las que contaba el titulo original, su acabado feísta y tosco
(propio de una producción de bajísimo presupuesto) y una brutalidad sin
parangón a la hora de abordar las escenas más sangrientas, eran difíciles de
igualar. Tampoco la participación en el reparto de Jessica Biel (en un papel
para el que, dicen, se barajaron los nombres de actrices como Kirsten Dunst,
Jessica Alba o ¡Katie Holmes!) me acababa de convencer. Pero lo cierto es que
Nispel (el director) realiza una más que decente labor y Biel (protagonista
femenina) cumple mucho mejor de lo que me esperaba.
La actriz (me
refiero a Biel, claro) triunfaba por aquel entonces en la pequeña pantalla
dando vida a la hija mayor de un reverendo en la edulcorada Siete en el paraíso (7th Heaven), pero
ya un año antes de rodar esta película había tratado de dinamitar su imagen de
niña bien co-protagonizado Las
reglas del juego (The Rules of Attraction) y posando de manera sugerente para distintas
publicaciones americanas. Por eso su elección para encabezar el reparto de la
cinta que nos ocupa resultaba, cuanto menos, chocante. Acompañándola nos
encontramos a intérpretes como Eric Balfour, visto en las series A dos metros bajo tierra (Six Feet
Under), 24 o, más recientemente, Haven; Mike Vogel, actor (esencialmente
de reparto) que ha trabajo en producciones de todo tipo: Blue Valentine, Criadas
y señoras (The Help), Monstruoso
(Cloverfield); o al veterano R. Lee Ermey, inolvidable en su papel de sargento
Hartman en la ya clásica La chaqueta
metálica.
La trama de este nuevo remake (y ya nos centramos en él) es bien sencilla (varios jóvenes quedan atrapados en medio de la nada y a merced de unos matarifes), pero también tremendamente efectiva. Como efectiva es su atmósfera (aplaudo la labor del director de fotografía, quien consigue crear un ambiente malsano que casa a la perfección con la historia) o la capacidad de Nispel para ejecutar las escenas más bestias (véase su tan logrado como excesivo acto final; aunque a mí la que me sigue dando mucha grima, sin ser especialmente sádica, es aquella en la uno de nuestros jóvenes protagonistas se deja las uñas, literalmente, tratando de aferrarse a la pared). Tiendo a ser de los que opinan que los remakes son innecesarios, pero hay excepciones y esta película es una de ellas.
Lo mejor: Su lograda
ambientación.
Lo peor: Sus escasas novedades (más
allá de su presupuesto) con respecto a la película de Hooper.
Puntuación: 6/10.
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