domingo, 30 de abril de 2017

Ghost in the Shell

Título original: Ghost in the Shell. Año: 1995. País: Japón. Género: Animación, Acción, Drama, Ciencia-Ficción. Director: Mamoru Oshii. Guionista: Kazunori Itô (adaptando el manga de Masamune Shirow).

Año 2029. El planeta se recupera de una Tercera Guerra Mundial Nuclear. Japón se ha convertido en una de las superpotencias más destacadas y las conspiraciones socio-políticas están a la orden del día. Pero nuestros protagonistas son los integrantes de la llamada Sección 9 (un grupo policíaco en el que trabaja una cyborg: Motoko Kusanagi, cuya relevancia es mayor en el anime que en el manga), quienes tratan de dar con un misterioso pirata informático conocido como El Titiritero.


Ghost in the Shell es la adaptación de una de las más populares obras de Masamune Shirow (Dominion Tank Police, Appleseed, Orion), recordado como uno de los grandes exponentes noventeros del manga en nuestro país (por estos lares pudimos disfrutar de buena parte de sus trabajos, tanto en formato manga como en formato anime). La película que nos ocupa, una de las más alabadas producciones cyberpunk, es, con toda seguridad, su trabajo más memorable (aunque servidor era, que conste, muy fan de Orion) y ha conocido, además de esta adaptación y sus pertinentes secuelas, su propio remake hollywoodiense con la mismísima Scarlett Johansson de absoluta protagonista. Pero ésa es otra historia…


Nos encontramos ante una de las cintas de animación (y ciencia-ficción) más interesantes de los últimos tiempos. Su inolvidable banda sonora (que mezcla toda suerte de sintetizadores con percusiones y otro tipo de música más cercana al folklore japonés), su impacto (indudable dentro y fuera del género; atención a sus múltiples guiños y/u homenajes: a la mítica película Blade Runner, a Botticelli o incluso a distintos filósofos existencialistas) o su historia (por muchas licencias que se tome con respecto a la obra que adapta) hacen que valga la pena revisitarla de cuando en cuando. Puede presumir de haber envejecido con mucha dignidad (con la misma que lo ha hecho, por ejemplo, Akira). El tiempo (y sus valores, claro) la ha convertido en una más que indiscutible película de culto.

Lo mejor: Su importancia como trabajo imperdible y (siempre) fascinante. Sus muchas escenas inolvidables (la primera aparición de Motoko, su pelea sobre el agua, el desenlace…). Su guión.

Lo peor: Que algunos no sepan ver más allá (toda esa triste melancolía que invade la historia) de ciertas escenas violentas y/o (ligeramente) subidas de tono.

Puntuación: 8/10.

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