Título original: Ghost in the Shell. Año:
1995. País: Japón. Género: Animación, Acción, Drama, Ciencia-Ficción.
Director: Mamoru Oshii. Guionista: Kazunori Itô (adaptando el
manga de Masamune Shirow).
Año 2029. El
planeta se recupera de una Tercera Guerra Mundial Nuclear. Japón se ha
convertido en una de las superpotencias más destacadas y las conspiraciones
socio-políticas están a la orden del día. Pero nuestros protagonistas son los
integrantes de la llamada Sección 9 (un grupo policíaco en el que trabaja una cyborg: Motoko Kusanagi, cuya relevancia
es mayor en el anime que en el manga), quienes tratan de dar con un misterioso
pirata informático conocido como El Titiritero.
Ghost in the Shell es la adaptación
de una de las más populares obras de Masamune Shirow (Dominion Tank Police, Appleseed,
Orion), recordado como uno de los grandes
exponentes noventeros del manga en nuestro país (por estos lares pudimos
disfrutar de buena parte de sus trabajos, tanto en formato manga como en
formato anime). La película que nos ocupa, una de las más alabadas producciones
cyberpunk, es, con toda seguridad, su
trabajo más memorable (aunque servidor era, que conste, muy fan de Orion) y ha conocido, además de esta adaptación
y sus pertinentes secuelas, su propio remake hollywoodiense con la mismísima
Scarlett Johansson de absoluta protagonista. Pero ésa
es otra historia…
Nos encontramos
ante una de las cintas de animación (y ciencia-ficción) más interesantes de los
últimos tiempos. Su inolvidable banda sonora (que mezcla toda suerte de
sintetizadores con percusiones y otro tipo de música más cercana al folklore
japonés), su impacto (indudable dentro y fuera del género; atención a sus
múltiples guiños y/u homenajes: a la mítica película Blade Runner, a Botticelli o incluso a distintos filósofos
existencialistas) o su historia (por muchas licencias que se tome con respecto
a la obra que adapta) hacen que valga la pena revisitarla de cuando en cuando. Puede
presumir de haber envejecido con mucha dignidad (con la misma que lo ha hecho,
por ejemplo, Akira).
El tiempo (y sus valores, claro) la ha convertido en una más que indiscutible
película de culto.
Lo mejor: Su importancia como
trabajo imperdible y (siempre) fascinante. Sus muchas escenas inolvidables (la
primera aparición de Motoko, su pelea sobre el agua, el desenlace…). Su guión.
Lo peor: Que algunos no sepan
ver más allá (toda esa triste melancolía que invade la historia) de ciertas
escenas violentas y/o (ligeramente) subidas de tono.
Puntuación: 8/10.
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