Título original: The Ring. Año: 2002. País: Estados Unidos. Género: Terror. Director:
Gore Verbinski. Guionista: Ehren
Kruger (adaptando una novela de Kôji Suzuki). Intérpretes: Naomi Watts, Martin Henderson, Brian
Cox, David Dorfman, Sara Rue, Amber Tamblyn, Daveigh Chase, Lindsay Frost.
El éxito de este
largometraje (128 millones de dólares, sólo en Estados Unidos) propició que
Hollywood se dedicase a producir mil y un remakes de distintas películas
japonesas de terror, casi todas con un denominador común: contar con
apariciones fantasmales de féminas con largas y oscurísimas melenas.
Naomi Watts (Mulholland
Drive), en un papel que le había sido ofrecido a Jennifer Connelly, es
la gran protagonista e interpreta a una periodista que comienza a estudiar una
extraña historia que habla sobre una cinta maldita cuyo visionado provoca la
muerte (a la semana de ser vista). Cuando la susodicha cinta cae en su poder, y
su hijo (el cuasi primerizo David Dorfman) la ve, comienza una carrera
contrarreloj que tiene como objetivo averiguar el porqué de tal maldición para
así tratar de impedirla. A Watts la acompañan, en tan aterradora aventura, el
veterano Brian Cox (Braveheart, Zodiac), Martin Henderson, integrante
de uno de los triángulos amorosos que pueblan la teleserie Anatomía de Grey (Grey’s Anatomy), y Daveigh Chase (Donnie
Darko), quien da vida a la aterradora Samara. Dirige Gore Verbinski, un
realizado difícil de ubicar cuya filmografía incluye títulos tan dispares como Un ratoncito duro de roer (Mouse Hunt),
The Mexican (a mayor gloria de su
pareja protagonista: Julia Roberts y Brad Pitt) o varias entregas de la saga Piratas del Caribe (Pirates of the
Caribbean).
La señal (aka The Ring) destaca por su atmósfera (atención a su excelente fotografía) y por su tempo; afortunadamente tampoco descuida su apartado interpretativo (Watts se desenvuelve bien en el género; es una actriz tremendamente solvente) y su guión (el cual, a pesar de venir firmado por un negado como Ehren Kruger, a quien todavía no le perdono lo que hizo con Scream 3, no se dedica a acumular diálogos risibles; todo un logro). No diré que estamos ante un producto novedoso (recordemos que se trata de un remake), pero se nota que han invertido en él y, además, contiene algunas de las escenas (véase cuando Samara, la niña de la cinta maldita, sale del televisor) más emblemáticas del cine de terror sobrenatural de lo que llevamos de siglo.
Lo mejor: Su buen acabado, su
actriz protagonista y algún que otro susto.
Lo peor: La de subproductos
(incluidas sus secuelas) que trajo su éxito masivo.
Puntuación: 6,5/10.
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